Clínica Fissare-Fisioterapia Avanzada es el último centro que ha abierto en Ávila. Situada en la calle Cronista Eduardo Ruiz-Ayúcar (frente al parque de Las Hervencias), Esther y Fabiola son sus propietarias. Dos jóvenes abulenses que, aunque se conocen desde pequeñas («nuestros hermanos jugaban juntos al fútbol»), fue estudiando Fisioterapia en la UCAV cuando se hicieron amigas. Juntas estudiaron la carrera, se especializaron en Fisioterapia Deportiva con el Máster del Real Madrid y aumentaron su formación con más cursos. Aunque nunca habían trabajado juntas (Fabiola lo había hecho en una mutua y en Muñana, su pueblo; Esther, lo hizo, entre otros sitios, en una residencia de ancianos, en el Hospital Santa Teresa, en el Hospital Provincial y en la Clínica Armonía), su experiencia laboral está más que contrastada. Ahora, sus caminos han vuelto a unirse con Fissare.
Siempre tuvieron la ilusión de montar un negocio juntas. Esa oportunidad les surgió hace dos años. «Se dio la circunstancia de que yo estaba sin trabajo y, aunque Fabiola lo tenía en Salamanca, consideramos que era el momento», explica Esther. Sin embargo, todavía tardaron un tiempo en dar el paso definitivo y, después, la búsqueda de un local idóneo, la burocracia y las obras retrasaron la apertura de la clínica. Pero el 22 de enero, Fissare abrió sus puertas.
A pesar de la gran competencia que tienen en el sector (31 clínicas más) y el lógico respeto a su nueva aventura, no tienen miedo a su nuevo desafío. «Hemos abierto con una base. Llevamos trabajando desde 2016 y la gente ya nos conoce. No venimos de cero», comenta Esther. De momento, tienen unos 25 clientes semanales de un perfil variado que les hacen estar contentas. Pero el objetivo es crecer. Para ello es fundamental la especialización y buscar alicientes para atraer nuevos usuarios. De cara al futuro, tienen intención de incluir sesiones de pilates en su clínica.
Un problema de su sector es el intrusismo. Denuncian la escasas sanciones y multas que reciben los dueños de clínicas fraudulentas, pero también saben que es una práctica difícil de denunciar y de corroborar, sobre todo por compañeros fisioterapeutas 'legales'. Pero Fabiola y Esther se quedan con lo bueno, con sus compañeros de generación que han montado negocios en Ávila. «De nuestro año de Universidad, tres hemos montado nuestra propia clínica en Ávila», recuerda Fabiola. Una forma de fijar población y aumentar la riqueza local. Ah, y quien se pregunte qué significa 'Fissare', es el acrónimo de 'Fisioterapia para Sanar y Recuperar'. Esther y Fabiola, sus clientes están en buenas manos.
«Existen tantas clínicas porque lo demanda la población» (Ana Martín, coordinadora del Grado de Fisioterapia de la UCAV)
La Universidad Católica de Ávila implantó, hace casi 12 años, el Grado en Fisioterapia para ampliar la Facultad de Ciencias de la Salud. Ana Martín, coordinadora del Grado, explica a qué se debe el boom de la fisioterapia en nuestra ciudad y en el resto de España. «Existen tantas clínicas de fisioterapia porque lo demanda la población. Y de ahí que también haya más Universidades que impartan estos estudios», comienza.
La UCAV cada curso oferta 45 plazas de nuevo ingreso («Tenemos un grupo pequeño para aportar una enseñanza de calidad a los alumnos», explica), y muchos son de procedencia francesa. Porque la demanda de fisioterapeutas, no solo ha crecido en España, también lo ha hecho en el resto de Europa. Las razones son el aumento de la esperanza de vida (que trae consigo un envejecimiento activo), la práctica deportiva (para tratar y prevenir lesiones) y la mejora de los procesos oncológicos (para las posibles secuelas de los tratamientos).
El campo de la fisioterapia es muy amplio. No solo están los centros privados, sino que también hay trabajo en la asistencia primaria, los hospitales o los centros geriátricos. Un gran abanico de opciones donde los profesionales que se forman en la UCAV y en otras universidades pueden plasmar su labor.