«El suicidio se ha convertido en un problema de salud pública»

I.Camarero Jiménez
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El colegio de enfermería programó en el Día Mundial de la Enfermedad Mental una jornada centrada en la prevención de conductas suicidas y a la que acudió un centenar de personas

«El suicidio se ha convertido en un problema de salud pública» - Foto: David Castro

El problema del suicidio y los intentos autolíticos siempre ha estado ahí, pero se ha visto  tan agravado, especialmente por la crisis sanitaria, que «se ha convertido en un problema de salud pública» del que sin duda hay mucho de lo que hablar. Es la conclusión del presidente del Colegio de Enfermería de Ávila,Enrique Ruiz Forner. Conclusión que traemos a estas páginas porque de ello se trató en una jornada organizada por este colegio en el auditorio de San Francisco especialmente enfocada a la prevención del suicidio y al papel de la enfermería al respecto Fue en este lugar donde Ruiz Forner expuso los crudos datos que deja el suicidio y  por lo que se considera un problema de salud pública: En España el año pasado se produjeron 4.097 suicidios, 246 en la región y 20 en Ávila. 

Sólo el dato de España significa que «mueren más personas por suicidio al año que por accidente de tráfico y tumores malignos contabilizados conjuntamente». Pero es que además es la primera causa de muerte de los más jóvenes. Encima, el año pasado 12 niños entre 10 y 14 años decidieron poner fin a su vida por esta vía. En definitiva, datos que justifican la necesidad de hablar. Para hacerlo ante todo aquel que quiso asistir al Auditorio de San Francisco, Francisco Megías, presidente de la Asociación Española de Enfermenía de Salud Mental. 

Era él quien incidía en el «estigma» que ha rodeado siempre a las personas que sufren una enfermedad mental. Una problemática, decía «que tradicionalmente ha estado condenada a una situación de ostracismo y de marginación, pero no sólo para las personas diagnosticadas, también para sus propias familias».

Recordaba que hace ya más de 40 años se empezó a trabajar «en serio», fue a partir de la reforma psiquiátrica y de la propia Ley de Sanidad. Comenzó una atención a personas diagnosticadas y a sus familias porque «nosotros decimos que cuando una persona tiene un problema de salud mental, en la convivencia se genera una situación nueva en la que  todos tienen que implicarse en ayudar y en los cuidados».Además ahí toda la familia lo sufre. Ahora estaríamos en el momento de intentar poner en primera persona y en primera línea lo que significa  la enfermedad mental, pero también su prevención y la promoción de la salud mental. Verlo en positivo porque «quien lo sufre no carece de cosas, sino que tienen cosas distintas a otras personas, y esos aspectos que son distintos, pues son los que hay que reforzar».

Hablar de prevención y que ésta empiece cuanto antes, en la infancia, en la adolescencia, con las familias implicadas, por supuesto, pero también el profesorado, que debe estar  también en primera línea para observar situaciones extrañas sería parte del objetivo continuaba Megías.

Como en esos ámbitos, los profesionales sanitarios eran reivindicados como herramientas indispensables y, los que más, los enfermeros en general  pero también los que se dedican específicamente a la salud mental.De ahí la invitación a la jornada a Justo González, responsable del programa de prevención del suicidio en Ávila. Junto  a él una profesora de instituto de Secundaria, María del Rosario Ceballos con una ponencia especialmente centrada en prevenir el suicidio, pero ante todo las causas del mismo.En este punto habló del bullying, ante el cual dijo hay que aplicar la «tolerancia cero». Se trataba también de informar de los mecanismos con los que cuentan para afrontar estas situaciones.  Más invitados que pasaron por la jornada fueron Javier Ferreiro, secretario provincial de la Asociación de Guardias Civiles, tanto porque es uno de los colectivos más golpeados por este problema de salud pública como por el contacto directo con quienes deciden acabar con su vida y quienes lo intentan «y es que se enfrentan a ello constantemente», decía Megías.

Hay que ponerse al lado de las «muchas personas que caen en esa situación de desesperanza. Y es que una persona que tiende al suicidio «no es que quiera no vivir, lo que le ocurre es que no puede vivir con tanto sufrimiento y no encuentra el suficiente apoyo, de algún modo si lo encontrará en un momento determinado, pues no daría lugar al hecho suicida».En ello hay que trabajar cada día, en la prevención pues como recordaba la presidenta de la asociación Hablemos, Emi Caídas, todos en algún momento podemos ser agentes de cambio y es importante que se realicen jornadas como ésta. Ésta en la que la enfermería tenía el peso de la iniciativa pues al fin y al cabo el enfermer@, que es el que más cercano está la persona. De eso trata también los cuidados que dispensan en su concepto más amplio los enfermeros porque, recordaba Megías, son cuidados holísticos, es decir en lo psicosocial, cultural y espiritual. Los enfermeros no son héroes pero trabajan el cuidado integral.Cuando se habla de ello hay que observar porque  en principio la enfermedad mental no llega al 3% de la población, pero las patologías afectivas que se llamaron patologías menores. afectan a prácticamente toda la población. De ahí que el 50% de los españoles tuvo la necesidad de consultar por un problema de salud mental en pandemia y en el caso de las consultas de los adolescentes ha crecido de forma exponencial.