Si hay un objeto que, año tras año, se renueva y adorna las cabezas de muchas de las mujeres que recorren las calles del centro de Ávila coincidiendo con las Jornadas Medievales son las tiaras de flores. Entre los distintos puestos del Mercado Artesano que comercializan este artículo encontramos el de Albert, situado al final del paseo del Rastro. Es el tercer año que trae sus diademas florales elaboradas a mano al Mercado Medieval de Ávila. «Tengo cuatro modelos distintos en varios colores y formas, pero el que más vendo aquí es el más caro y exclusivo, que lleva 50 flores, porque es el que más gusta a las niñas pequeñas, también a las mujeres de todas las edades, que por encima de todo buscan algo bonito, aunque cueste más», nos cuenta este artesano oriundo de los Países Bajos que lleva doce años en la Península Ibérica, «primero en Portugal, aunque con el tiempo también he acabado moviéndome por España, llevando mis tiaras a este tipo de mercados», relata. «Ávila es fantástica, para mí su Mercado Medieval es uno de los mejores por el tipo de ciudad histórica y también porque la gente es muy amable», añade. Hablamos con él en el Paseo del Rastro, donde tiene instalado su puesto, justo después de que atienda a Miren, que acaba de llegar de Donosti porque su hijo inicia sus estudios universitarios en Ávila y se ha encontrado con la sorpresa de las Jornadas Medievales. «Me parece una ciudad muy acogedora», nos cuenta, mientras decide qué tiara llevarse del puesto de Albert, que tiene 1.500 unidades. «El año pasado vendí 400 tiaras, veremos qué tal se me da éste», augura.
El de Albert es uno de los más de 200 puestos artesanos que conforman el Mercado de las Tres Culturas, uno de cuyos ejes es precisamente el Paseo del Rastro porque allí se concentran puestos junto a la plaza de la Catedral, el Mercado Chico, la plaza del Teniente Arévalo, calle San Segundo y plaza de Adolfo Suárez, entre otros espacios urbanos amplios, evitándose instalar los puestos en las calles precisamente para dar mayor fluidez.
Muy cerca de allí encontramos a Milagros y Curro, pareja de artesanos procedentes de Sevilla que tienen a la venta sus piezas de joyería artesanal elaboradas a base de plata y gemas, con el nombre comercial de 'La joya única'. «Llevamos 10 años viniendo al Mercado Medieval de Ávila, nuestras ventas dependen mucho del turismo madrileño, nuestro producto mejora con los años porque es plata, así que mucha gente nos busca de un año para otro, lo que ocurre es que a veces nos cambian la ubicación del puesto y eso dificulta que nos encuentre la clientela fija», explican.
Un poquito más arriba nos topamos con 'Nómadas de la miel', que entre sus nueve variedades «las que más tirón tienen son la miel de montaña y la de bosque, que las hacemos en la Sierra de Gredos», nos cuentan. «Es el segundo año que estamos en las Jornadas Medievales de Ávila, el primero tuvimos que irnos un día antes por la alerta meteorológica y hemos querido darle una segunda oportunidad porque este tipo de mercados son el mejor escaparate para nuestros productos, que también vendemos online», apunta el artesano. Además de miel elaboran y comercializan jabones, velas, cereales y hasta piruletas de miel.
Siguiendo nuestro recorrido de puestos por el Paseo del Rastro hacemos una parada en el Taller de María, especializado en artículos de lana pura de oveja hechos a mano. «Vendemos calcetines, gorros, bufandas, patucos, ...», enumera el artesano, que está entre los veteranos del Mercado Medieval porque lleva viniendo 23 años de un total de 27 ediciones. «Nuestras ventas dependen del clima, el tiempo que hace marca mucho porque si no invita a pasear y a recorrer los puestos, las ventas bajan claramente, ya lo hemos comprobado después de tantos años viniendo a Ávila desde Galicia». Eso sí, también admite que aunque el clima no sea especialmente bueno, «el Mercado de Ávila no falla», asegura.
Y quien pasea por los puestos acaba llevándose algo a la boca, así que nuestra última parada la hacemos en el puesto de 'Caramelos artesanos', en el que llama la atención el colorido de las chuches saludables de pulpa de frutas, aunque también venden especias y tés. «Llevamos muchos años viniendo al Mercado Medieval de Ávila y tengo que decir que la gente de aquí es muy amable, algo que no encontramos en todos los mercados de España, por ahí hay gente muy desagradable», nos cuenta Luis, uno de los vendedores, procedente de Jaén. «Aquí en Ávila tenemos clientes de todo tipo, no faltan», agradece.