Mario Pérez Antolín, escritor abulense que se ha ganado un lugar entre los mejores en nuestro país en el género del aforismo, capaz de conseguir cuando está bien resuelto un minimalismo reflexivo de largo alcance y cierto impacto, presentó este jueves en Librería Letras el sexto libro que ha dedicado a esa forma expresiva, titulado La serenidad por fin.
Este libro, comentó, «es un poco como un diario continuo, pero no de lo que me sucede sino de los pensamientos que tengo tras lo que me sucede. Es como escribir una biografía mental en pequeñas dosis, para lo cual siempre parto de la experiencia para llegar un poco a la conciencia, y al final ese tipo de diario intelectual te va acompañando a lo largo de tu vida y también va evolucionando a medida que tu evolucionas».
De este sexto libro de aforismos añadió que «tiene un tono más reposado, más sereno, más tranquilo, a lo mejor no tan de batalla como otros, tiene una escritura que pasa de lo narrativo a lo lírico y a lo ensayístico, es decir, una escritura fragmentaria y transversal que los integra para conseguir ese tono de serenidad que es una de las cosas que más me ha gustado». Los aforismos que llenan el volumen destilan mucha experiencia vital, también intelectual, una concisión que «viene a decir, de alguna manera, que es un género casi de la senectud. Si un escritor se decide a practicarlo debiera ser un género de fin de etapa, al que llegar sólo cuando ha sido capaz de concentrar toda esa experiencia vital y es capaz de transmitirla de una forma concisa, sucinta, destilada, desnuda, sin retóricas innecesarias, yendo al grano y además con profundidad».
Ese poso, insistió, «sólo se logra al final de una época, y de hecho los libros de aforismos de siglos pasados siempre han sido de escritores que llegaban a ellos como al final de una época por lo que tienen de esencialidad y de profundidad, y esa es la base de un libro de aforismos, por mucho que ahora muchos de ellos sean gracietas; pero yo entiendo que el aforismo no son frases ocurrentes ni un ingenio de este estilo sino esencialidad y profundidad».
En uno de los aforismos que ha destilado para este libro afirma Mario Pérez que, antes que aspirar (como Alejandro Sawa) a ser bueno, inteligente, fuerte, «yo me conformo con ser menos, con no ser malo, con no ser tonto y con no ser débil», una aparente rebaja de expectativas que, comentó, «no es conformismo sino la sabiduría de saber que con poco tenemos suficiente en cierto momento de la vida. A veces viene bien un poco de filosofía negativa de la Escuela de Frankfurt, que enseña que se puede llegar a la verdad a través de la afirmación o de la negación, y en este caso «no se trata tanto de decir tengo, soy o consigo, como de pensar que quitándome esto, dando de orilla esto, al final también puedes tener mucho, y esa filosofía un poco estoica y escéptica está muy presente en mi obra».