La bajas temperaturas y el riesgo de nieve -que cayó a ratos- impidieron que, tal como estaba previsto, se celebrara este sábado la procesión de las Meditaciones entre la basílica de la Santa y la iglesia de San Juan Bautista, uno de los actos organizados por la Comunidad de Padres Carmelitas de La Santa y el Ayuntamiento de la ciudad para conmemorar el 510 aniversario de Santa Teresa de Jesús. A cambio, tuvo lugar un acto litúrgico en el interior de la basílica en el que, coincidiendo con la cuaresma, se proponía a los fieles meditar sobre la Pasión de Cristo con la gran mística abulense como guía, sirviéndose para ello de pasajes que ella misma dejó escritos en el Libro de la Vida, que fueron leídos y después de cada uno de ellos comentados por los frailes carmelitas, que fueron proponiendo una reflexión sobre los distintos momentos del trance que atravesó Jesús en su camino hacia el calvario bajo inspiración teresiana.

Entre unos y otros pasajes, invitando a esa meditación interior, sonaron  las voces solemnes del Coro Gregoriano de La Santa.

El grupo escultórico del 'Cristo atado a la columna y Santa Teresa', obra de Gregorio Fernández, ocupaba un lugar destacado de la basílica en el transcurso de la meditación, en la que el rector de la Basílica de La Santa, David Jiménez, recordó cómo la «conversión» de Teresa se produjo «en la cuaresma de 1554» cuando, a la edad de 39 años y llevando 17 como monja en el Convento de la Encarnación, la contemplación de una imagen de  Cristo llagado «la quiebra el alma» y, a partir de entonces, Jesús «llena por entero su vida». Haciendo una analogía con  la cuaresma actual y pese a los siglos transcurridos, el prior exhortó a los fieles allí presentes a seguir el ejemplo de Teresa: «También hemos llegado aquí renqueando en nuestra fe, también sabemos que nuestra vida cristiana  no tiene la fuerza que nos gustaría, dejemos también que Cristo cautive nuestro corazón, como ocurrió con ella», dijo. 

Entre quienes comentaron  los pasajes teresianos estuvo  el cardenal arzobispo emérito Ricardo Blázquez.