Para Juan Ignacio Sánchez Trujillano, ésta es la tercera legislatura al frente del Ayuntamiento de Mingorría y sigue con las mismas ganas que el primer día de garantizar el bienestar y los mejores servicios para sus vecinos, tanto los que llevan viviendo en le municipio toda la vida como los nuevos residentes.
Las urnas le dieron de nuevo el gobierno del Ayuntamiento en las pasadas elecciones municipales. ¿Cuáles cree que fueron las claves?
Bueno, nosotros ya hemos gobernado las dos legislaturas anteriores y yo creo que una de las clases es mantener la tranquilidad del pueblo e intentar que vaya mejorando poco a poco en distintos aspectos. Como mínimo, que no retroceda en calidad de los servicios que seprestan e intentar mejorarlos claramente. Eso hace que los vecinos apuesten por unas candidaturas o por otras.
¿Cómo está transcurriendo esta legislatura?
Bueno, pues tiene sus intríngulis, como todas, y sus altibajos. Está siendo una legislatura movida, ni mejor ni peor, puesto que se nos ha jubilado la persona que estaba en el Ayuntamiento desde hace 44 años. También hemos tenido un cambio de secretario municipal y todo eso repercute en la gestión hasta que se ponen en marcha todos los mecanismos para intentar normalizar las cosas con el tiempo, pero por lo demás tranquila. Hemos tenido alguna cuestión positiva y alguna negativa, pero dentro de lo ordinario de lo que es una legislatura en un Ayuntamiento.
¿Y en qué proyectos vienen trabajando en esta legislatura para mejorar la vida de los vecinos?
Mira, cuando te presentas, tienes ganas de trabajar y muchas ideas que luego muchas veces la realidad te las frena. Desde luego, llevamos varios años pendientes de mejorar alguna infraestructura o generarla, como puede ser la pista de paddle, por poner un ejemplo, o la iluminación de la ermita de la Virgen. Pero el día a día te hace que vayas poco a poco y en función de lo que podamos, pues así haremos. También tenemos pendiente de renovar el parque de los niños, pues son cosas que el tiempo va deteriorando porque están a la intemperie, pero lo que pasa es que son muy caras de solventar.
Tienen también concedido un programa mixto para adecuar un edificio centros de usos múltiples.
Sí. Históricamente uno de los problemas que tiene el municipio es que no tiene un centro de usos múltiples adecuado. Nosotros lo propusimos desde que entramos en el Ayuntamiento, pero eso es difícil llevarlo a cabo porque estamos hablando de una inversión muy elevada y porque además no sirve cualquier ubicación para asentarlo. No te sirve de nada ubicarlo en un sitio que los vecinos no puedan acudir o acudan con mucha dificultad. Uno de los espacios que utiliza el pueblo es el antiguo cuartel de la Guardia Civil, que ya en su día se transformó en un museo tradicional y que ahora tiene distintos usos y ha perdido la parte de museo etnográfico. Entonces proponíamos mejorarlo, adecentarlo y hacerle, sobre todo, accesible y dotarlo de servicios. Entonces, pedimos un programa mixto de formación y empleo que nos fue concedido, pero después hemos tenido que renunciar a él simple y llanamente porque las finanzas del Ayuntamiento no pueden hacer frente al coste que nos suponía la parte que le toca al Ayuntamiento, que pensábamos que iba a ser bastante menor. No obstante, no lo descartamos para hacer frente en otras ocasiones, puesto que el proyecto ya está en marcha.
¿Cuál es la situación económica que atraviesa el Ayuntamiento?
La situación económica del Ayuntamiento de Mingorría es la de muchos ayuntamientos. No es mala, estamos al día, pero tampoco tenemos una reserva de fondos que nos haga hacer posible estas grandes inversiones que necesitan un gran respaldo. Contamos con un presupuesto de unos 490.000 euros.
¿Y qué política se está siguiendo en materia de tasas e impuestos?
Vamos a ver, el Ayuntamiento siempre ha tendido a poner los menores impuestos posibles porque hay que dar calidad de vida y lógicamente los pueblos tienen muchas carencias y tú no les puedes poner más trabas a las personas que viven en los pueblos. Yo creo que es algo que todos los alcaldes lo dirán, que ya bastante nos toca como para encima sacrificar a los vecinos. Pero sí que hay uno que está siendo clave, el del reciclaje de las basuras. El tema del tratamiento de los residuos sólidos urbanos y todo tipo de residuos es muy problemático y está suponiendo en todos los ayuntamientos, debido a una ley nueva, un incremento muy notable de las tasas que pagan todos los vecinos y que además la perspectiva es que vaya subiendo en muy pocos años muchísimo.
¿Qué ayudas tienen de otras administraciones y a qué se destinan?
Las ayudas, canalizadas principalmente a través de la Diputación Provincial, son muy variopintas. Desde arreglo de caminos, ayudas para hacer frente a las fiestas, ayudas a la contratación de personas para el mantenimiento del pueblo... muy diversas. En nuestro caso, la tendencia es a pedir todo lo que se puede, pero también hay que ser claros, las subvenciones no llegan al 100% y los ayuntamientos siempre ponemos un porcentaje del 50, 40, 30 ó 25%, por eso son ayudas. Entonces ahí están lógicamente las limitaciones que tienen los ayuntamientos.
A principios de febrero se cumplía un año del derribo de la antigua estación de trenes de Mingorría. ¿Qué supuso para el municipio?
Es muy difícil que la gente pase página porque para los vecinos que la han conocido, ha sido su vida. Es evidente que nadie tiene aquí en el municipio más de 100 años y la estación lleva más tiempo. Entonces todo el mundo la recuerda y además con mucho cariño porque se ha utilizado mucho. Pero bien es cierto que las sociedades evolucionan y lógicamente, aunque todos tenemos nostalgia de años pasados, nos acordamos, lo ponés en el plano actual y se va relativizando todo. La nostalgia es la que es porque la recuerdas con mucho cariño, pero al traerlo al plano actual dices, es lo que hay.
¿Cómo es Mingorría?
El municipio tiene dos vertientes, lo cual hace que también la idea de cómo gestionar el pueblo, dependiendo de qué vertiente elijas, la veas de una manera u otra. Mingorría es un pueblo que está muy cerca de Ávila y la gente que está viviendo en él, en muchas ocasiones, no procede del pueblo, lo cual está trayendo consigo un problema de arraigo. Todas las personas que vienen de fuera son muy bienvenidas, pero es verdad que el mantenimiento de las tradiciones, la cultura y demás y la participación ciudadana en lo que son los aspectos del municipio pues cae muchísimo, pero claro, son muy bienvenidos los que vienen de fuera. Por un lado te enfrentas a mantener el espíritu del pueblo, ese arraigo, lo que le ha caracterizado siempre, y por otro lado hay que intentar darles los servicios que demandan las personas que vienen de fuera a vivir y que no tienen ese arraigo. Entonces, hay que demandar lógicamente unos servicios más de ocio y de esparcimiento y menos ligados a lo que son la cultura y las tradiciones municipales. Entonces tienes ahí un choque, casi generacional, entre los más antiguos, que llevan toda la vida en el pueblo, con lazos familiares, recuerdos y demás, y los que vienen de fuera que no tienes esos lazos, más allá de llevarse bien con los vecinos.
¿Qué diagnóstico hace de la situación del municipio?
En Mingorría no hay un sector concreto al que la mayor parte de la población se dedica. Aquí hay poco trabajo, como pasa en la mayoría, porque nuestro centro de trabajo principal es la ciudad de Ávila, que está muy cerca. Y luego hay una pequeña variante, como está pasando en todos los sitios, que es el tema del teletrabajo. Cada vez hay más personas que apuestan por la calidad de vida en el mundo rural, porque en muchos casos son familias o personas que tienen mascotas y lógicamente la calidad de vida para los animales es mayor en el medio rural que en una ciudad, y tener acceso a internet facilita mucho eso.
¿Y cómo es la relación del municipio con las localidades más próximas?
La relación con pueblos como San Esteban de los Patos, Pozanco, Tolbaños, Santo Domingo de las Posadas, Peñalba o Las Berlanas es muy buena. Tenemos una mancomunidad para el tema de la recogida de residuos y se está intentando que vaya un poquito más allá del tema de las basuras, que vaya cogiendo también una vertiente cultural o incluso que en la parte administrativa se pueda hacer algo de forma colaborativa, por ejemplo, con auxiliares administrativos porque hay muchos pueblos que no los tienen.
Otro tema que se está peleando en el seno de la mancomunidad es tener un punto limpio para el tratamiento de los residuos, que es uno de los problemas a los que hay que hacer frente y que cada uno de los municipios, al ser tan pequeños, no pueden por sí solos y habrá que hacerlo de forma mancomunada.
Para finalizar, ¿que mensaje quiere trasladar a sus vecinos?
Quiero agradecerles su confianza. Todo esto lo hacemos porque nos sentimos respaldados de una manera u otra por los vecinos. Ser agradecido es fundamental y aunque a veces lo primero que se ve es la crítica, luego siempre la gente reconoce que si se ha hecho de una forma determinada, será por algo, y en líneas generales se respalda la actuación municipal, y quiero extender ese agradecimiento a los otros grupos municipales, porque en ésta y en las anteriores legislaturas están siendo muy colaborativos y apoyan la labor de gobierno que se hace.