Dentro del programa de actividades que el Ayuntamiento de Arévalo ha impulsado en torno al IV Centenario de la muerte de Cervantes, en coincidencia con la celebración del Día Internacional del Libro, este viernes se desarrollarán dos actividades que tendrán su sede en la Casa del Concejo, situada en la plaza del Real.
Una de ellas consiste en la presentación del libro ‘Cervantes y la Orden Trinitaria’, una obra que salió de la pluma de un trinitario hace un siglo y que ahora ve la luz de nuevo con una segunda edición corregida y aumentada que ha corrido a cargo de, médico y licenciado en Filosofía y Letras José Antonio Ramírez Nuño, natural de Cuenca aunque residente en Córdoba.
El autor de esta edición renovada acudirá a su presentación este viernes a partir de las 20,30 horas y durante el acto, abierto a todo el público que desee asistir, Ramírez explicará las claves de este trabajo con dos partes. Una de ellas está dedicada a Cervantes y explica pormenorizadamente su rescate de los calabozos de Argel donde permaneció cinco años.
La segunda parte se centra en la figura del trinitario Fay Juan Gil, libertador de Cervantes, un hijo de Arévalo «sin cuya intervención no habría existido el Quijote ni las novelas ejemplares», afirmaba José Antonio.
Tal importancia tuvo este personaje casi desconocido para la gran mayoría que, mucho menos aún conoce su vinculación con Cervantes, que el autor de esta ampliación de la obra presentada, puso un énfasis especial en defender a la figura del trinitario arevalense que sólo posé una escultura en la ciudad que le vio nacer.
Bien es verdad que de esta segunda edición solo habrá 350 ejemplares pero bien vale la pena explicar el contenido de una obra que liga a Arévalo con el príncipe de los ingenios de manera clara y contundente.
El autor de esta edición, que incorpora fotografías y otros documentos, relatará de manera minuciosa cómo se produjo la excarcelación de Cervantes toda vez que Fray Juan Gil consiguió los 500 escudos necesarios para su liberación cuando el escritor iba a comenzar un viaje hacia Constantinopa por orden del rey de Argel.
Ese relato se une a otros que se expresan en el libro y que sirven de recordatorio de una historia que también demuestra de manera contundente que el manco de Lepanto nacio en la ciudad de Alcalá de Henares.