Antonio Machado es uno de los principales poetas de la historia de la Literatura castellana. Sus obras son mundialmente conocidas, como Campos de Castilla, Soledades o la obra de teatro La Lola se va a los puertos. Sin embargo, quizás menos conocida sea su última etapa, la que coincidió con el estallido de la Guerra Civil y su posterior exilio en Francia, donde falleció el 22 de febrero de 1939 en la población de Colliure, donde aún reposan sus restos. Poco antes de su fallecimiento, el genial poeta sevillano había escrito sus últimos versos, cuyo hermano José encontró en el bolsillo de su abrigo. Decían así: «Estos días azules, este sol de la infancia». Como se suele decir, Machado fue genio y figura hasta la sepultura.
El artista y profesor de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, David Llorente, ha plasmado este último tramo de la vida de Antonio Machado en la exposición Poemas en los Bolsillos, que se puede visitar en el Palacio Los Serrano, sede de Fundación Ávila, hasta el sábado 17 de mayo (su horario de visita es de lunes a viernes de 11,00 a 14,00 horas y de 18,00 a 21,00 horas, y los sábados de 11,00 a 13,30 horas y de 18,00 a 20,00 horas). Se trata de una muestra compuesta por 19 obras (12 pinturas y siete esculturas)que forman en sí misma una instalación llena de detalles sobre la figura de Machado.
Entre sus componentes, además de bandadas de aves y pinturas que representan la breve estancia del autor en Francia, se incluyen dos representaciones de la obra en prosa Juan de Mairena (Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un escritor apócrifo), publicada en 1936. «Es un libro que alude a la docencia, y como soy docente en la Complutense, me parecía interesante sacarlo a colación», comentó David Llorente.
El artista madrileño homenajea a Antonio Machado a través de una exposición desde «una visión introspectiva de ese poema, pero que también invita al espectador a reflexionar sobre ese encuentro, ya en los últimos momentos del poeta, donde parece cerrar el círculo con su infancia y su niñez. Parece evocar todos esos recuerdos a través de un poema tan sencillo», explicó. La muestra, instalada en la sala dedicada a Eduardo Chicharro del Palacio Los Serrano, se adapta al espacio donse está montada. «La sala es preciosa, como todo el centro. Tiene mucha presencia y mucha personalidad. Estas obras y estos poemas plásticos los he adecuado a este espacio», aclaró Llorente.
Para la eternidad quedan los versos del poema Proverbios y Cantares: «Caminante, son tus huellas el camino y nada más. Caminante, no hay camino. Se hace camino al andar. Al andar se hace camino y al volver la vista se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Caminante no hay camino, sino estelas en la mar», recogidos por Joan Manuel Serrat en una magnífica canción. Y, para el futuro, queda la exposición de David Llorente sobre los últimos y semidesconocidos versos de Antonio Machado. Los últimos de una trayectoria literaria inigualable. Quien quiera saber un poco más sobre los últimos días del poeta sevillano solo debe visitar esta muestra en el Palacio Los Serrano.