El presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, y la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, coincidieron en que la producción de energía eléctrica redunde en beneficio de la comunidad local y reduzca sus gastos corrientes, una petición que partió de la Junta, dado que Castilla y León exporta el 55 por ciento de la energía que produce.
En un encuentro mantenido entre ambos en la sede del Ministerio, Mañueco solicitó a Ribera que esa producción de energía «beneficie al territorio que la genera», a lo que la ministra aludió que «debe hacerlo, preservando las condiciones y la naturaleza local» y «favoreciendo el autoconsumo y la creación de comunidades energéticas».
«Hemos sido tradicionalmente líderes en producción energética y ahora lo somos en renovable», apuntó Mañueco, quien reclamó también una inversión mayor de Red Eléctrica Española y el cambio de la normativa para «favorecer» el autoconsumo y el «consumo de proximidad» para permitir el «asentamiento de la población».
«Nuestra apuesta es por instalar aquellas empresas que se dedican a la fabricación de componentes de renovables y que la energía que se produce sirva para consumo y autoconsumo de proximidad», incidió.
Al respecto, Teresa Ribera coincidió «en la necesidad de utilizar la transformación tan importante que vive el sistema energético, como vector de oportunidades en el territorio; y acercar la reducción de facturas eléctricas en hogares allí donde se produce la electricidad».
A su juicio, la transformación del sistema energético es «capital aprovecharlo en términos de generación de empleo, modernización del tejido productivo y nuevas actividades industriales».
Recordó que el trabajo se inició por los territorios que vivían del carbón y continuó con el «acompañamiento» a la zona de Garoña (Burgos) para mantener el empleo y generar oportunidades tras el cierre. Y anunció que en breve saldrá el nodo de La Robla.
La vicepresidenta aplaudió también la aprobación por parte de la Comisión Europea de la reforma del mercado eléctrico, «hila bien con el mensaje trasladado por el presidente y por mi», dijo.
Política del agua.
El agua fue la tercera de las patas del encuentro, junto con la despoblación y la energía. En este punto, Mañueco insistió a la vicepresidenta sobre una gestión integral y compartida del agua y apostó por «reforzar las infraestructuras hidráulicas». Al respecto, exigió mayor capacidad de regulación en la cuenca del Duero e impulsar obras «con varios lustros de retraso», como las presas de Castrovido (Burgos), Río Mayor (Soria) y Ciguiñuela (Segovia), así como el recrecimiento de Santa Teresa, en Salamanca, y la central hidroeléctrica de Irueña, según informa Ical.
También demandó el «impulso» del regadío en Las Cuezas, Canal de San José, de Pisuerga, Campillo, el sector IV del Porma, Villamoronta, etc, pendientes de tramitaciones ambientales del Ministerio.
Mañueco recordó también que la Junta realiza «un esfuerzo importante» en la depuración de aguas de pequeños y medianos municipios y solicitó a la ministra un «impulso» a los compromisos que asumió el Gobierno hace varios años, con una decena de obras que el Estado consideró de «interés general». Ambas administraciones se emplazaron «a seguir hablando» en el marco de una planificación iniciada el año pasado y de otra de carácter eléctrico a través de la generación hidráulica.
Tanto Mañueco como Ribera conciliaron la posibilidad de «verse de forma recurrente, con una lista detallada de deberes para trabajar conjuntamente»; y se comprometieron a celebrar «varias reuniones de trabajo» en estas tres materias: despoblación, agua y energía.