El abulense Pablo Mortera Franco, estudiante del doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual de 22 años de edad, ha publicado su primer poemario, un libro titulado Glaonna: Sinfonía de las pasiones humanas (editorial Ole Libros) en el que se centra «en diseccionar mediante la poesía, y desde diferentes perspectivas», cuatro sentimientos que considera «especialmente relevantes en la vida de cualquier persona": el amor, la admiración, la rabia y el miedo.
Glaonna –palabra gaélica que significa 'llama' y con la que el autor quiere expresar el «calor experimentado cuando sentimos con mucha intensidad»– lo forman más de 30 poemas divididos en cuatro partes, cada una dedicada a uno de esos cuatro sentimientos. Para conseguir «llegar al fondo de ellos», los poemas se acercan desde diferentes vertientes «con el uso constante de símbolos para desentrañar sus secretos», y «esa constante ambigüedad y simbolismo metafórico ayuda a cada lector a sacar un significado propio a los versos y sentirse acompañado en su trance vital».
Antes de comenzar cada capítulo, el poeta propone una frase o un pequeño texto para que el lector pueda reflexionar sobre el contenido del mismo. Así, el poemario se convierte en «vía de escape, pero también en una experiencia, donde nada es lo que parece y donde el propio lector debe desenmascarar el sentido último de los versos, no tanto para el autor, sino, sobre todo, para él mismo».
El primer sentimiento analizado es el amor, capítulo que llenan algunos de los poemas más autobiográficos como Nómadas de ningún lugar o Sueño, donde «el yo poético se confunde con el sentimiento». También se cuentan en esta parte Esquina de un círculo, que habla «del desamor en su forma más trágica» o Adiós, homenaje a las personas con alzheimer.
En el segundo capítulo, el dedicado a la admiración, el poeta expresa su agradecimiento a algunas de las figuras que más le han influenciado en su vida artística, con poemas dedicados a personajes tan conocidos como Federico García Lorca o Percy B. Shelley, pero también a personas anónimas o a lugares especiales para él. Aquí cabe «uno de los poemas más curiosos del libro, Oda a Kulboka, en el que un jugador de baloncesto se convierte en un cruel verdugo medieval».
Vienen luego los poemas dedicados al miedo (capítulo en el que también habla de la soledad y la monotonía), en los que Mortera se centra sobre todo en el temor a la muerte, muy patente en El triunfo de la muerte o Nada, y reflexiona sobre «las implicaciones de esta sobre la vida de las personas». Uno de los poemas más duros del libro es Soldado Caído, versos «crípticos y metafóricos que invitan a reflexionar y que en última instancia están inspirados en el bullying».
El último sentimiento tratado en Glaonna es la rabia, con un capítulo protagonizado por la poesía política. El autor ve en este caso la rabia como algo que «sale de observar la injusticia y las desigualdades sociales»; por eso reivindica, en poemas como Ideario de pensamiento o Notas de una revolución, «la necesidad de luchar para conseguir un mundo mejor donde nadie pase penalidades».