Una aurora boreal alumbró la noche del sábado los cielos de la provincia de Ávila y de gran parte de España. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) confirmó que se había observando este fenómeno electromagnético a latitudes muy bajas del hemisferio norte, incluida España" y que "había multitud de fotografías que así lo atestiguan", entre ellas las realizadas en Umbrías por su Oficina de Turismo sobre las doce de la noche, que dejaron espectaculares imágenes del cielo oscuro abulense con un fenómeno más propio de las regiones polares, pero que pudo contemplarse durante más de media hora.
Comentaban desde la Oficina de Turismo de Umbrías que la aurora Boreal se había visto "a simple vista", aunque para captarla en todo su esplendor a través de la cámara habían realizado la foto "con una exposición de tres segundos para coger más luz". También explicaron que "a esas horas de la noche, en Umbrías no había nadie más" en la calle disfrutando de ese espectáculo visual.
El Grupo de Observadores Astronómicos de Ávila (GOAA) confirmó este sábado que la aurora boreal se había podido contemplar desde numerosos puntos de esta provincia, mirando hacia el norte, y que había sido un espectáculo que muchas personas habían podido disfrutar y observar, "como un resplandor rojizo". La última vez que se pudo ver otra similar fue en 1938, pues hablamos de un fenómeno excepcional poco habitual en latitudes tan bajas como la de Ávila (40 Norte).
"Se debe a la alteración de la magnetosfera terrestre por eventos solares de alta intensidad, como llamaradas solares o fulguraciones, que hacen que el viento solar pueda alcanzar las capas altas de la atmósfera, ionizando diferentes átomos y generando luz visible de diferentes colores, en este caso roja", explicaron desde el GOAA, que aclararon que "son fenómenos que no entrañan riesgo alguno".
Y es que las auroras aparecen por la interacción entre el viento solar y el campo magnético de la Tierra, según la Aemet. "El viento solar es más fuerte en momentos cercanos a la máxima actividad solar, que se produce en ciclos de entre 10 y 12 años", explicaba. Actualmente estamos cerca del máximo de actividad solar, con manchas solares que indican las zonas de actividad magnética solar asociada con erupciones solares atmosféricas y eyecciones de masa coronal.
Este fenómeno electromagnético obedece a la presencia de partículas cargadas eléctricamente y eyectadas desde el sol (el viento solar), que actúan sobre los gases enrarecidos de las capas superiores de la atmósfera, de acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial. El campo magnético de la Tierra canaliza las partículas, principalmente electrones y protones, que colisionan con los átomos y moléculas de los gases de las capas superiores de la atmósfera (termosfera y exosfera). Esas colisiones provocan que los electrones de los átomos de nitrógeno y de oxígeno asciendan temporalmente a un estado energético superior, "excitado", según la Aemet. Al recuperarse los niveles de energía normales, se libera energía que se emite en forma de fotones de luz con distintas longitudes de onda.
Las auroras polares se observan principalmente en arcos próximos a los polos magnéticos (los óvalos aurorales). Pero si la actividad solar es muy intensa, como actualmente, las eyecciones de masa coronal o erupciones solares atmosféricas pueden intensificar el viento solar y alcanzar la magnetosfera de la Tierra, desencadenando una tormenta geomagnética. Durante estos fenómenos, el óvalo auroral se ensancha temporalmente, lo que permite percibir auroras desde latitudes más bajas. "Eso es lo que está ocurriendo esta noche: las tormentas geomagnéticas severas de las últimas horas permiten observar auroras boreales (así se llaman las auroras polares del hemisferio norte) desde España, algo muy poco habitual", informó la Aemet.