LA lluvia no aguó la fiesta, pero casi. La tradicional ofrenda a Santa Teresa quedó totalmente deslucida por las precipitaciones que empezaron a caer sobre la ciudad de Ávila desde minutos antes de las siete de la tarde, la hora prevista para el arranque del paseo de los participantes desde la plaza de la Catedral y hasta el Mercado Grande, a los pies del conjunto escultórico de Vassallo, el simbólico punto que viene acogiendo el tradicional homenaje a la patrona de la ciudad. Y es que en Ávila la devoción, el cariño y el orgullo por Santa Teresa se demuestran desde al menos tres décadas con flores. Y eso, mostrar el aprecio y el respeto por nuestra querida Santa creando un auténtico mar de flores, fue precisamente lo que este sábado quería volver a hacer la sociedad abulense de la mano de sus representantes políticos y institucionales, pero también de asociaciones culturales y sociales, entidades, clubes deportivos y medios de comunicación. Lo hicieron, pero pasados por agua y con el público yendo de más a menos. La mayoría pertrechados bajo paraguas y capuchas y otros literalmente bajo la lluvia, abulenses de todas las edades no quisieron faltar a la cita a marcada en rojo en el calendario en el mes de octubre, en vísperas del día grande de la festividad. La ofrenda se sacó adelante, pero a ritmo rápido, sin las habituales presentaciones de los participantes y sin las actuaciones culturales previstas, las musicales, a cargo de la Banda de Música de Ávila (que pese a todo tocó música de ambiente) y la Coral Amicus Meus, y la de danza de Javier del Real y alumnos, junto a Beatriz Balseiro, ganadora del certamen nacional de danza Ciudad de Ávila.
La lluvia que había descargado con fuerza por la mañana parecía que iba a dar una tregua durante la tarde pero se acabó sumando a la cita, para rebajar algo el colorido que las flores le pusieron a una tarde gris. El espíritu, eso sí, se mantuvo, el de la sociedad abulense unida para rendir tributo al gran emblema de Ávila, aunque en un desfile mucho más precipitado de lo normal que apenas duró media hora.
Las condiciones climatológicas mandaban y se vio desde el principio. Antes de las siete de la tarde hizo su entrada la Banda de Música, seguida del alcalde, Jesús Manuel Sánchez Cabrera, el primero en dejar el ramo no sin bromear con que hacía falta agua, pero igual no era el momento. A continuación llevaron las flores los grupos municipales del Ayuntamiento y los alcaldes pedáneos, junto a los responsables de Policía Local, Bomberos y Protección Civil, así como el cronista oficial de Ávila, José María Sanchidrián. También estuvieron presentes el resto de administraciones, esto es, la Diputación Provincial, la subdelegación del Gobierno (acompañado de Guardia Civil y Policía Nacional) y la Junta, de la mano del delegado territorial y altos cargos, además de procuradores autonómicos, parlamentarios nacionales y jóvenes de varios partidos. Instituciones de carácter militar y la Escuela Nacional de Policía también estuvieron representados en el acto, junto a un buen número de instituciones religiosas, entre ellas cofradías, parroquias y patronatos.
La comunidad de Carmelitas Descalzos de la Santa y familia carmelitana iba a dar paso a las instituciones civiles, empezando por Amicus Meus, que no pudo cantar, junto a otras entidades como la UCAV, la Cámara de Comercio y la Fundación Ávila. Las asociaciones vecinales de la ciudad también mostraron sus respetos con coloridas flores, entre ellas la FAVA, como también lo hicieron las peñas de las fiestas.
El tejido asociativo social también fue llevando ramos y claveles para seguir rematando el gran mural floral dedicado a la patrona de la ciudad, en cuya elaboración se emplearon 19.500 flores. Aquí desfilaron entidades que trabajan con personas con discapacidad, además de los Donantes de Sangre y varias asociaciones de mayores, junto a varios colectivos del ámbito cultural y artístico, entre ellos las casas de Ávila.
En el apartado de los medios de comunicación estuvo presente el Grupo Promecal, que engloba a Diario de Ávila, La 8 de Ávila y Onda Cero, entre otros, mientras que fueron muchas las flores que llegaron el mundo del deporte, muy bien representado por varios clubes, empezando por el Óbila y siguiendo con otros de gimnasia, voleibol, atletismo o natación.
A las siete y media de la tarde la ofrenda floral estaba ventilada. Eso sí, no faltaron las fotos de familia junto al bonito panel, realizado con casi 20.000 flores, la mayoría blancas, rojas y rosas, éstas últimas formando la imagen de la Muralla. Los operarios del Área de Servicios a la Ciudad fueron los primeros en posar con su obra, para sumarse después una Corporación Municipal pasada por agua, además de Bomberos y Policía Local. El alcalde se arrancó con un 'Viva Santa Teresa de Jesús' para cerrar una cita que dejó lamentos.