«Error», «tomadura de pelo», «esperpento», «circo» o «performance» son algunos de los calificativos que han dedicado los partidos a la moción de censura registrada por Vox en el Congreso el pasado lunes. Una iniciativa ante la cual preparan ya su estrategia de cara al debate parlamentario, descartando eso sí un boicot conjunto por parte del bloque de socios del Gobierno, como reclamó ERC para no «blanquear» a la formación liderada por Santiago Abascal.
La propuesta de los republicanos de plantar a Ramón Tamames cuando acuda a defender la moción contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez no cuenta con el respaldo del resto de grupos de la Cámara, con lo que todo indica que no fructificará.
Según explicó ayer la portavoz y secretaria general adjunta de ERC, Marta Vilalta, su partido lanzó esta idea al resto del Hemiciclo como fórmula para no «blanquear» al partido de Abascal. Eso sí, ya avanzó que para que tenga sentido tendría que ser una acción unitaria y que si no se logra un acuerdo, su formación hará escuchar su voz.
El portavoz parlamentario de los republicanos, Gabriel Rufián, ya promovió una iniciativa similar en la anterior moción de censura presentada por los derechistas contra Sánchez, que se debatió en octubre de 2020 con Abascal como aspirante a la Moncloa, pero tampoco salió adelante.
Aliados parlamentarios como Bildu, Más País y Compromís, así como el BNG, no tienen aún tomada una decisión sobre esa propuesta de ERC, pero algunos ya adelantaron que su intención no es dejar la tribuna vacía y ven complicado renunciar a hablar, sobre todo si el Gobierno y otros grupos van a hacer uso de la palabra.
Eso sí, siempre les queda la opción de hacer alocuciones cortas, sin agotar los minutos de los que dispongan, o bien hablar desde el escaño. De hecho, los tiempos de intervención que se acuerdan en la Junta de Portavoces para cada grupo solo son un máximo, no obligan a utilizarlos por completo.
Por contra, desde el PNV no ven adecuado guardar silencio y quedarse al margen del debate. Además, los nacionalistas vascos recalcaron que tomarán sus propias decisiones al respecto como han hecho siempre.
En 2020, a su portavoz, Aitor Esteban, le bastó poco más de un minuto para despachar a Abascal. Subió a la tribuna para negarse a dar bola una moción que tachó de «patochada» y acusó a Vox de hacer uso «espurio» de ese instrumento constitucional.
Ya fuera del bloque de investidura, Ciudadanos dejó claro que se hará oír durante en ese debate. Su portavoz nacional, Patricia Guasp, insistió en que la moción de Tamames es «inútil» pero avanzó que su partido no la plantará y aprovechara para defender en la tribuna su «proyecto de país».
'Nación catalana'
Mientras, Rufián vinculó la defensa de la Nación catalana que hizo el economista en el marco del proceso independentista con la relación que, recordó, mantenía el ahora candidato de la moción de censura con el expresident Artur Mas. «Creo que ha pasado por todos los espacios políticos de este país menos el PACMA», añadió.
Tamames también abogó por rebajar al cuatro por ciento las aportaciones de Cataluña al Estado y por la creación de una Agencia Tributaria Federal.
El portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, restó importancia a las divergencias entre los postulados del partido y los de Tamames, e ironizó con su defensa de la Nación catalana en el año 2017.
«Conocíamos cosas mucho más graves, ha sido comunista. Más que eso no nos imaginamos nada más grave», bromeó en rueda de prensa Espinosa de los Monteros después de que un diario nacional publicara que el candidato independiente de Vox defendió la Nación catalana en una carta remitida al expresident de la Generalitat.