Desde hace algo más de un cuarto de siglo, conviven dos universidades en Ávila. Históricamente, el campus de la Universidad de Salamanca, y más reciente el campus de la Universidad Católica de Ávila. Competencia en cierto modo, pero llamadas a entenderse si realmente hay un objetivo de hacer de ésta una ciudad plenamente universitaria. No olvidamos a la UNED, pero por su propia idiosincrasia, siempre ha sido una tercera pata en la formación en Ávila que no desmerece, y que arrancará una nueva fase cuando se traslade al centro de la ciudad, al Palacio de Nebreda, una vez que la Institución Gran Duque de Alba abandone el edificio.
Pero si por algo ha podido sacar pecho Ávila en estos últimos años, incluso aquellos de la crisis, fue con un gran centro de formación como es la Escuela Nacional de Policía, que además ha estrechado lazos con la universidad tradicional en estos últimos años después de crear la Universidad de la Policía, que ampara sus titulaciones en centros universitarios consagrados como la USAL.
La Universidad de Salamanca arranca ahora una nueva etapa con Juan Manuel Corchado como rector, después de haber sido candidato único a unas elecciones precipitadas tras la desbandada de Ricardo Rivero, que aún deja un gran vacío de dudas. Los diferentes rectores de la USAL han tenido distintas sensibilidades hacia el campus de Ávila –Corchado se resiste a llamarlo «periférico» porque lo considera parte indispensable de la USAL, lo cual es plausible–. El nuevo rector ya en campaña mostró su compromiso con el proyecto universitario para Ávila, y en una de sus primeras entrevistas con medios de comunicación de Castilla y León vuelve a reconocer que tiene un proyecto para Ávila. Desde aquí pedimos que se cumpla, que se empiecen a ver movimientos más allá de formalismos burocráticos porque será la confirmación de que el rector quiere apostar por el campus de Ávila.
Hacer de la universidad una institución de oportunidades significa mucho para Ávila, y esta ciudad y provincia siempre han sido agradecidas con aquellos que han querido dar una más mínima posibilidad de futuro en un territorio que lucha a diario contra las adversidades.
Si la USAL aprovecha esta etapa como deseamos, y la UCAV apoya la carrera ascendente que lleva sobre un punto de inflexión que le siga empujando hacia arriba, Ávila va a notar y mucho un cambio que las instituciones deberían aprovechar y asumir para crear un proyecto alrededor de la formación. Eso sí, con todos trabajando en la misma dirección porque esto es de todos y para todos.