A apenas un kilómetro de San Esteban del Valle, en plena naturaleza, se encuentra un lugar ideal para el descanso y para el buen yantar, El Molino del Cubo. Un hotel-posada y restaurante lleno de encanto que abrió sus puertas en 2004 y que está regentado por María Jesús Blázquez y Luis Miguel González y sus hijos Ismael y Marta.
Cuando este matrimonio adquirió la finca, que había sido propiedad del escultor Aurelio Teno, «lo único que estaba en pie era la casa y todo lo demás lo hemos hecho nosotros», explica María Jesús, incluido el antiguo molino del siglo XVI, que tuvo que ser restaurado, y los 10.000 metros de jardines con cascadas naturales que poco a poco fueron incorporando a la posada, al igual que un huerto con productos naturales y la piscina, abierta a partir de la última semana de junio.
La posada cuenta con 14 habitaciones dobles de tres tipos, sencilla, superior y suite, y el molino ha sido habilitado como salón de reuniones para empresas. «Hacemos también celebraciones y eventos para los que se contrata todo el recinto», comenta María Jesús, quien asegura que «la gente cada vez exige más y tenemos muchos clientes que simplemente vienen para descansar, relajarse y comer bien».
El restaurante, por su parte, es un referente gastronómico. Al frente del mismo se encuentra el chef Ismael González, mientras que de la sala y los postres se encarga su hermana Marta. «Nos basamos en la cocina tradicional, sobre todo de la zona, pero con toques personales», indica Ismael. Así, trabajan mucho el cabrito, tanto en chuletillas como en caldereta; las patatas 'peluchonas', las migas o la piparrada. «Me gusta poner platos típicos del pueblo, para que no se pierdan», señala el chef.