Persona que enseña o forma, especialmente aquella de la que se reciben enseñanzas muy valiosas. Esa es una de las múltiples acepciones de maestro y también la más popular. Y aunque todos son docentes, lo cierto es que reciben este apelativo aquellos que enseñan y acompañan en el proceso de aprendizaje a los alumnos de edades más tempranas, en concreto los que imparten enseñanza en Educación Infantil y Primaria.
Este lunes, 27 de noviembre, se celebra el Día del Maestro en nuestro país, una efemérides que sirve de agradecimiento a todas las personas que como docentes contribuyen con su labor al desarrollo integral del alumnado, poniendo su entusiasmo y pasión cada día en el quehacer de los centros educativos. En el conjunto de la provincia de Ávila ejercen la docencia en enseñanzas regladas 2.300 profesionales, de los que unos 1.100 son maestros y lo hacen en Educación Infantil y Primaria.
«La educación es como construir una casa. Los maestros ponen los cimientos y si esos cimientos no son buenos, acabarán cayendo», apunta José Ignacio Rodríguez Pérez, presidente de la Junta de Personal Docente no Universitario de Ávila, al hablar de la importante labor que desarrollan estos profesionales de la educación cuyo trabajo, sin embargo, lamenta el también integrante de CSIF Ávila, no se valora tanto como debiera o al menos como se valoraba décadas atrás. «Antes era una figura importante dentro del sistema educativo pero con el tiempo se ha ido perdiendo el respeto a maestros y profesores», lamenta Rodríguez Pérez que pone como ejemplo los casos de «agresiones tanto verbales como físicas que tanto alumnos como padres ejercen contra docentes».
Y si importante es el papel del maestro en el proceso de crecimiento y aprendizaje de los niños más aún lo es, reconoce el presidente de la Junta de Personal Docente, el que ejercen los maestros rurales, destacando en este sentido que salvo en los municipios de mayor población en el resto de la provincia es la Escuela Pública la que cumple esa función.
«una barbaridad». En una provincia cada vez más despoblada, donde los nacimientos van a la baja y con numerosos pueblos donde apenas se supera el centenar de vecinos la escuela rural, lógicamente, también se resiente. De hecho, apunta el representante de este colectivo, en la última década en la provincia de Ávila han cerrado tres CRA y decenas de escuelas de otros centros rurales. En total, en los últimos diez años 38 pueblos se han quedado sin escuela. «Es una auténtica barbaridad», reconoce el presidente de la Junta de Personal Docente no Universitario de Ávila que insiste en la necesidad de que se hagan políticas «que de verdad comprendan ayudas para que las familias se puedan establecer» en el medio rural. «Muchas personas vivirían en sus pueblos si tuvieran oportunidades», afirma Rodríguez Pérez como contrapunto al progresivo, y parece que de momento inevitable, cierre de la escuela rural.
Aprovecha también el portavoz de este colectivo para recordar una reivindicación antigua de los maestros: la equiparación salarial con sus compañeros de Secundaria y el resto de cuerpos docentes entre otras cuestiones, apunta, «por la labor fundamental que realizan los maestros».