Una de las voces autorizadas para hablar de adopción es Javier Álvarez-Ossorio, presidente de la Asociación Regional de Familias Adoptantes de Castilla y León. Después de explicarnos el porqué del descenso de caso, profundizamos más sobre cómo afrontan las familias un proceso que no siempre es sencillo.
¿Cuáles son las principales dificultades a la hora de embarcarse en el proceso?
Desde mi punto de vista la principal dificultad es la de ajustar sus expectativas a la realidad de la adopción. El niño o la niña que quieren adoptar o que imaginan, no existe. Ese bebé sano, precioso, … no es real, y probablemente no ha nacido. Nuestros hijos adoptados vienen del sistema de protección y por tanto de las partes más dañadas de los países de origen, y son los que están en estos momentos a la espera de una familia que les adopte: chicos y chicas mayores, con necesidades especiales o grupos de hermanos.
¿A dónde deben dirigirse cuando comienzan en ello?
A las gerencias territoriales de Servicios Sociales
¿Cómo apoya su asociación a las familias adoptantes? ¿Cuántos socios tiene la asociación?
Arfacyl ha sido durante más de 20 años un referente en Castilla y León en la información, formación y apoyo a las familias adoptivas y lo va a seguir siendo en el futuro en la nueva etapa que hemos iniciado este verano, una vez finalizada la colaboración que manteníamos con la Gerencia de Servicios Sociales. Nos vamos a enfocar en atender las necesidades de las personas adoptadas y acogidas, en su bienestar y en lograr para todas ellas unas condiciones favorables para su desarrollo; cuestiones en las que todavía queda mucho por hacer. Esto no es posible sin la complicidad y participación de las familias. En la actualidad contamos con 230 familias socias.
No se habla mucho de lo que ocurre una vez que la adopción es una realidad. ¿Cómo deben afrontar las familias esos primeros momentos?
Posiblemente no se hable mucho desde fuera del mundo adoptivo, pero desde dentro la visión es completamente diferente. Cuando la adopción 'es una realidad' como tú dices, es cuando comienza. La adopción es un proceso sin final de integración entre una persona que está en situación de abandono y necesita de una familia, y la familia que se ofrece para adopción. Esta integración y aceptación debe hacerse por ambas partes, primero por parte de los adultos, que deben recoger, cuidar y sanar a la persona que llega, mediante al acompañamiento, el cariño y la aceptación de las necesidades que trae. A partir de ese trabajo basado en la incondicionalidad y la seguridad que la familia debe transmitir, el chico o chica adoptada integrará poco a poco a su nueva familia hasta que la reconozca como propia.
Es un largo proceso de sanación en el que el amor no es suficiente, se necesita más. Hay que aportar unas habilidades parentales para las que es necesaria la formación y redes de apoyo, como somos las asociaciones de familias y los equipos psicológicos especializados.
¿Cómo ayudan los psicólogos en el proceso de adopción y en la etapa que prosigue?
Los psicólogos especializados en adopción y acogimiento ayudan a que la familia pueda entender e interpretar lo que le ocurre a su hijo o hija: porqué se comporta de una determinada manera o cómo abordar el resto de dificultades que puedan surgir, dotando además a la familia de herramientas que les ayuden en la crianza terapéutica que tiene que ejercer.
Y respecto a las personas adoptadas o acogidas, los psicólogos constituyen una pieza fundamental en la sanación del daño que traen por el trauma temprano sufrido o por otras heridas derivadas del abandono, el maltrato o la negligencia sufrida. Ayudan a que puedan entender que ellos no son culpables, que son las víctimas de lo que les ha ocurrido de forma que puedan volver a confiar en los adultos. Algunos chicos y chicas llegan a nuestras familias con un daño tan profundo, que se hace necesario una atención prolongada y muy especializada. Otros, por suerte, traen un daño menor y superan rápidamente las carencias que tienen.
Partiendo de que cada persona es un mundo, ¿cuándo debería decirse a un niño que es adoptado?
Eso que antes se llamaba "la revelación" es algo que a día de hoy debería estar totalmente superado. No hay un momento para decirle a un niño o a una niña que es adoptado. Al contrario, la adopción es algo que debería tener integrado desde el primer momento, independientemente de la edad. Hay que hablar siempre de adopción y con naturalidad: de las diferentes formas de convertirse en familia, de cómo y cuándo se produjo la unión familiar y de cómo era su vida antes de llegar a la familia.
En este sentido, las asociaciones de familias apostamos por el desarrollo de la adopción abierta como modelo más favorable para el desarrollo de las personas adoptadas. Pensamos que mantener de alguna forma los referentes de su familia biológica les facilita la construcción de su identidad, su autopercepción y comprender su historia de vida.
En el aspecto burocrático, ¿resulta más sencillo una adopción nacional o una internacional?
Es evidente que resulta más sencillo la tramitación de una adopción en Castilla y León. Respecto a la internacional se eliminan unos cuantos trámites, como son la traducción de los expedientes, el tener que contratar a una entidad colaboradora para la gestión del expediente en el país de destino, el propio viaje, y demás gastos relacionados. Además, están los propios requisitos específicos que exige cada país de origen.
La valoración de idoneidad es igual en ambos casos.
Situaciones como la guerra en Ucrania o el Covid, ¿influyeron en los procesos de adopción en España?
La guerra de Ucrania no ha tendido efectos porque las adopciones con este país se encontraban suspendidas con anterioridad al inicio del conflicto. En cuanto al COVID ha tenido incidencia en el retraso e incluso suspensión de viajes a los países de origen para completar los trámites de adopción o para la recogida del hijo o hija adoptada. En Castilla y León no han sido muchas las familias adoptadas, pero si que ha habido alguna.
Ambas situaciones si que han tenido incidencia en las personas adoptadas procedentes de Rusia, Ucrania o China.
En el caso de la guerra, por la vinculación de estas personas con las figuras de agresor/agredido y las relaciones que se hacen por parte de terceras personas ambas. Los conflictos por sentido de pertenencia o empatía con el sufrimiento de las poblaciones involucradas, la necesidad de ayudar de alguna forma o los peligrosos llamamientos que se han hecho a adolescentes procedentes de estos países para enrolarse en el conflicto bélico.
Con el COVID la población de origen asiático residente en este país vio incrementados los ataques de racismo y la xenofobia por parte de algunos sectores que les identificaron.
La maternidad subrogada merecería casi que una entrevista paralela, pero, ¿qué opina sobre la misma?
La maternidad subrogada, gestación por sustitución o vientre de alquiler, siendo esta última la denominación adecuada para mí, ya que esta es la manera en la que se está realizando. Las otras refieren a altruismo o donación, similar a la que se hace con la donación de órganos, algo que no tiene nada que ver con lo que está ocurriendo.
Como colectivo de familias adoptantes y acogedoras, formamos parte del sistema de protección de los menores que necesitan de una familia en la que puedan crecer y desarrollarse. Los vientres de alquiler se sitúan en el otro extremo, el de la mercantilización de las mujeres y de la infancia, con lo que no podemos estar en sintonía. Además, se trata de una práctica no permitida en España, pero que vemos que se mueve dentro de la alegalidad y una cierta permisividad para con las empresas que operan aquí y la gestionan en otros países, sobre lo que se debería actuar por parte de las autoridades competentes. Sirva como ejemplo la página informativa al respecto del Gobierno de España: no es legal, pero tiene la información necesaria.