El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, avanzó este lunes en Burgos que la Unidad de Afrontamiento del Dolor Crónico en Atención Primaria se extenderá a la provincia de Ávila el próximo 9 de septiembre. En la actualidad, las provincias de Castilla y León que cuentan con esta unidad son Valladolid, Palencia y Burgos, donde se ha atendido a un total de 4.000 pacientes desde su creación.
Vázquez, quien presentó la Unidad de Afrontamiento del Dolor Crónico en Atención Primaria en el centro de salud Gamonal-Las Torres en la capital burgalesa y donde anunció su próxima puesta en marcha en la capital abulense, se mostró partidario de extenderlo también a las zonas rurales «porque hay un derecho a que todo el mundo pueda tenerlo», subrayó, si bien reconoció que «hay que comprender que requiere, para extenderlo al mundo rural, de un equipo muy grande y que hay que ir desarrollando poco a poco, dada la extensión y la dispersión de la población en el medio rural», según declaraciones recogidas por la agencia Ical.
Se trata de unas unidades que definió como «una nueva manera de enfocar lo que es el dolor crónico, dándole a los pacientes una nueva visión, permitiéndoles explicarles, educarles en qué es el dolor crónico y proporcionándoles una serie de herramientas que les van a permitir tener una actitud activa, mantener la funcionalidad de su vida para poder convivir con este tipo de dolor crónico».
«Es una visión novedosa, que lleva unos años desarrollándose en Castilla y León y que ha sido y es el germen para otras comunidades autónomas». valoró. De hecho, resaltó que en este momento ya lo ha adoptado el Servicio Vasco de Salud-Osakidetza, se ha empezado «alguna experiencia» en Badajoz (Extremadura), en Ciudad Real (Castilla-La Mancha) y también se ha interesado Galicia. Incluso, añadió, «se han interesado por esta metodología de tratamiento de afrontamiento del dolor crónico otros países como Uruguay o Brasil». «Se trata de educar a los pacientes dentro de la neurociencia del dolor, hacerles comprender cuál es y por qué se produce su dolor y darles una serie de herramientas para que puedan mantener su movilidad que ayuda a sobreponer el dolor», apuntó. Algo que, según subrayó, es «muy útil» para una serie de enfermedades como son la fibromialgia, el síndrome de fatiga crónico, el dolor crónico musculoesquelético o incluso para el dolor producido por el síndrome post-Covid.