El nivel intelectual exhibido por buena parte de los parlamentarios españoles, sobre todo en las sesiones de control al Gobierno, podría ser ilustrativo del nivel general de la población si fuera algo más alto. Diríase, a tenor de las intervenciones de esos diputados, que el recién publicado Informe PIAAC sobre las capacidades y destrezas cognitivas de los habitantes de diferentes países, se ha elaborado en el caso de España atendiendo sólo a las de sus señorías, y que a ello se deben los calamitosos resultados que nos sitúan en la cola.
Pedro Sánchez ironiza sobre la "política para adultos" que Núñez Feijóo dijo traer cuando llegó de Galicia, pero el Informe PIAAC, el PISA de los adultos precisamente, nos aclara qué clase de política era esa: la resultante de un país donde, en el apartado de comprensión lectora, sólo el 4% de sus habitantes entienden los textos largos y densos, sólo el 6% alcanza a descifrar e interpretar gráficos y estadísticas normales, y únicamente el 2%, en el apartado de resoluciones adaptativas de problemas, encuentra soluciones para cambios inesperados. Puede que, en efecto, Feijóo trajera la política para adultos, bien que, en sintonía con lo que la mayoría de los adultos espera, entiende y exige de la política al andar, según el dicho informe, no muy sobrada de "capacidades cognitivas".
Sólo en un país así, donde en comprensión lectora los universitarios españoles no alcanzan el nivel de los alumnos de secundaria finlandeses, puede entenderse que un ciudadano como Carlos Mazón no sólo presida una importante comunidad autónoma, sino que la siga presidiendo tras haber contribuido poderosamente a hundirla en la miseria de la dana por su clamorosa incompetencia. Sólo en un país como en lo cognitivo describe el PIAAC, puede ese mismo individuo seguir haciendo de las suyas, que van desde otorgar jugosos contratos de reconstrucción a amiguetes de dudosa trayectoria, hasta insistir en la construcción en terrenos inundables, pasando por el encargo de un complejo plan civil a un militar.
El Informe PIAAC señala las vergüenzas de las que lamentablemente no nos avergonzamos, y señala también que en los vastos terrenos de la ideación vamos de mal en peor: en el anterior, de hace diez años, se nos veía algo más despejados. A ello debe haber contribuido, sin duda, ese pedazo de "política para adultos" que trajo Feijóo y que todo apunta que ha servido, con la colaboración entusiasta de la Cámara, para elaborarlo.