El presidente francés, Emmanuel Macron, abrió este viernes la puerta a entablar negociaciones "sin condiciones previas" con los socialistas para desbloquear la situación política del país tras la moción de censura que acabó con el Gobierno del conservador Michel Barnier.
Así lo aseguró el líder del Partido Socialista (PS), Olivier Faure, al término de una reunión de más de una hora en el Elíseo con el jefe del Estado, dentro de la ronda de encuentros que mantiene Macron con los diferentes grupos políticos.
Faure explicó a la prensa que había exigido al presidente "un cambio de rumbo" de la política, en línea con el resultado de las legislativas del pasado 7 de julio, en las que la alianza de izquierdas en la que están el PS junto a La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, comunistas y ecologistas se impuso en número de escaños.
"Le hemos recordado que tiene que nombrar a un primer ministro de izquierdas y que nosotros no participaremos en ningún Gobierno dirigido por un primer ministro de derechas", señaló el líder de los socialistas.
Además, Macron se comprometió a entablar contacto también con el resto de los componentes de la alianza de izquierdas, que inicialmente no habían sido convocados al Elíseo.
El líder socialista, que acudió acompañado de los jefes de los grupos parlamentarios de su partido en la Asamblea Nacional, Boris Vallaud, y el Senado, Patrick Kenner, consideró que su disposición al diálogo con el presidente no constituye "una traición" al resto de los socios de izquierdas, tal y como le han reprochado desde LFI
Su líder, Jean-Luc Mélenchon, indicó que Faure acudió a ese encuentro sin contar con el resto de los miembros de la alianza.
"Yo hablo en nombre de los socialistas", respondió Faure, "y por el interés del país que necesita una solución, porque el bloqueo institucional puede tener consecuencias graves para los franceses".
"No hay ninguna traición. No estamos dispuestos a asumir la continuidad del 'macronismo'. Hemos venido a decir que queremos una política de izquierdas y a pedir un primer ministro de izquierdas, tras la experiencia de Barnier, que no tenía legitimidad", insistió.
El PS propone la formación de Gobierno provisional, hasta que en verano se puedan convocar de nuevo elecciones, y sobre la base de unos compromisos de mínimos con diferentes partidos, incluida la derecha moderada, para superar el bloqueo actual.
Los socialistas dan así un paso adelante en la apertura de contactos con Macron, que en una intervención en televisión en la noche del jueves se comprometió a nombrar un sustituto de Barnier "en los próximos días".
El presidente recibe esta tarde a representantes de Los Republicanos, la derecha tradicional, desde la que algunas voces rechazan de plano la nominación de un primer ministro de izquierdas.
El más taxativo en ese sentido fue el actual ministro del Interior en funciones, Bruno Retailleau, representante del ala más conservadora de su partido y considerado próximo a la extrema derecha, que cerró la puerta a todos los componentes de la alianza de izquierdas.
En la red social X acusó a los socialistas de "pactar con LFI", de "negarse a denunciar las locas derivas de los 'melenchonistas'" y de "haber votado una moción de censura irresponsable".