Después de más de veinte años de obras y sucesivos proyectos de restauración y acondicionamiento en el Palacio de los Águila, el edificio del siglo XVI que perteneció a la duquesa de Valencia suscita un gran interés en la sociedad abulense, de ahí que la posibilidad de acceder al recinto este sábado bajo el amparo de las Jornadas Europeas de Arqueología promovidas por el Ministerio de Cultura -su actual propietario- y bajo el sugerente nombre de 'Abierto por excavación' despertara una expectación más que notable, sobre todo porque el número de abulenses que pudo participar en la iniciativa fue tan solo de una treintena -los inscritos previamente a través de la web ministerial-. Pese a todo, hubo quienes se acercaron a las puertas del palacio confiando en poder acceder, algo que solo fue posible para quienes fueron más rápidos y se apuntaron los primeros hasta llenar el cupo de plazas disponibles -el hecho de que el complejo esté en obras condiciona y limita la cifra de asistentes por razones de seguridad y salud laboral, según se explicó por parte de la organización una vez iniciada la visita guiada, que corrió a cargo de dos de los arqueólogos que han llevado a cabo las últimas excavaciones realizadas en el complejo y concluidas hace unos meses.
Nueve sondeos conforman esas excavaciones, todos ellos situados en el patio del Palacio de Los Águila y a punto de ser cubiertos porque el trabajo arqueológico previsto ya ha concluido, tal como se explicó durante la visita, a la que pudo acceder este diario. Aunque en distintas fases y atendiendo a proyectos diferentes, ese lugar acumula dos décadas de obras para convertirlo en lo que inicialmente se concibió como una subsede del Museo del Prado, de ahí que las excavaciones arqueológicas desarrolladas allí hayan sido numerosas, de hecho las que se mostraron este sábado -las más recientes- representan una mínima parte -alrededor de un 1% del total excavado- debido principalmente a que después de dos décadas los avances tecnológicos aplicados a la arqueología permiten obtener más resultados con intervenciones menos invasivas.
En cualquier caso, tanto las excavaciones realizadas entonces como las más recientes han estado supeditadas a las sucesivas obras acometidas en el recinto con el propósito último de que esos trabajos no destruyeran restos arqueológicos relevantes o bien que éstos dieran fe de las distintas etapas de la Historia de Ávila. Y pese a que piezas completas apenas se han hallado en los sondeos recientes, los restos hallados en ellos sí remiten al cambio urbanístico que experimentó la ciudad a partir de 1492, que es cuando se demuelen las edificaciones de lo que era la judería y las familias nobles, entre ellas Los Águila, empiezan a construir sus casonas junto a la Muralla medieval, inmuebles que acabarían siendo palacios renacentistas como el que llegó a nuestros días.
El trabajo arqueológico realizado en el complejo palaciego a lo largo de los últimos veinte años, eso sí, ha permitido hallar restos de las diferentes etapas de la Historia. Los más escasos son los de la época romana, sobre todo de la etapa altoimperial, pero también se hallaron vestigios visigodos, medievales, modernos y, por supuesto, contemporáneos, entre estos últimos el edificio de las cocheras que usaban los propietarios en los años 30 del pasado siglo, situado en el patio del Palacio de los Águila, que fue el lugar donde se desarrolló la visita de este sábado.
Si los asistentes pensaban que iban a poder acceder al edificio principal se quedaron con las ganas, pero visto lo difícil que resulta cruzar la puerta del Palacio de los Águila -ni siquiera accedieron por la principal - y que hubo quienes se quedaron fuera, lo cierto es que pueden sentirse unos privilegiados.