«Muchos abuelos se ven incapaces de decir 'no' a sus hijos»

E.Carretero
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El titular de EO Abogados, especializado en la protección jurídica de las personas mayores, analiza el papel de los abuelos en el cuidado de los nietos y cómo eso puede ser una obligación que vulnera el principio de autonomía de la voluntad

«Muchos abuelos se ven incapaces de decir 'no' a sus hijos»

Con motivo del Día de los Abuelos y tras la entrada en vigor en Suecia de una retribución del gobierno para los abuelos por el cuidado de sus nietos durante los primeros días de su nacimiento, el titular de EO Abogados analiza las peculiaridades y diferentes escenarios en los que puede prestarse este consentimiento por parte de los abuelos para realizar tal cuidado. 

¿En España y en Europa los abuelos cuidan de sus nietos?

Si acudimos a la estadística, en España la mitad de los abuelos cuida a sus nietos casi todos los días y el 45 por ciento lo hace casi todas las semanas. Las abuelas los atienden durante 6,2 horas al día y los abuelos las siguen de cerca, con una dedicación de 5,3 horas al día, según un informe del Imserso. Si la media, que es de 5,75 horas, se multiplica por 5 días por semana, da una jornada laboral de casi 30 horas. Esto significa que muchos abuelos y abuelas cumplen una jornada laboral al frente del cuidado de sus nietos.

Además, 6 de cada 10 familias los abuelos son quienes más apoyo brindan a los padres, según el estudio 'Preocupaciones y retos de la crianza actual en España', elaborado por Kantar en colaboración con el centro La Granja, a petición de Zurich Seguros.

A nivel europeo, somos el sexto país en el que se elige la fórmula de cuidado no exclusivo, con más de un 55 por ciento de niños que son atendidos en guarderías o a domicilio por personas que no son sus padres, teniendo como consecuencia directa que cada vez son más los abuelos que asumen ese cuidado. 

El cuidado de los nietos es una tarea en la que muchos abuelos tienen un papel fundamental. Que los padres se vayan a trabajar y dejen a los niños con ellos es muy habitual en todo el mundo y, por supuesto, también en España. Esto lleva a preguntarse  cómo juega en esto el principio de autonomía de la voluntad, el principio por antonomasia inspirador en el desarrollo de la persona, también en la vejez. El Tribunal Supremo en una sentencia determina que el principio de autonomía es «la facultad de autodeterminarse; o, dicho de otro modo, de ser protagonista de su propia existencia, de adoptar las decisiones más transcendentes, que marcan su curso vital, según sus deseos, sentimientos y aptitudes, en la medida en que quepa satisfacerlos».

En materia de consentimiento, ¿pueden distinguirse situaciones diferentes?

En mi opinión, podrían distinguirse tres estadios a modo de semáforo, partiendo de que el consentimiento es la manifestación de la voluntad, expresa o tácita, acerca de un hecho específico que exterioriza la conformidad de una persona sobre un hecho. Así, el estadio verde es aquel en el que los abuelos aceptan libre y voluntariamente con el fin de disfrutar de pasar tiempo con sus nietos. Hasta aquí entiendo que el principio de autonomía de la voluntad funciona y que, además, los beneficios de las relaciones intergeneracionales se hacen presentes para unos y otros. También para los de en medio (progenitores) tanto a nivel económico (ahorro de costes de guardería) como personal (tranquilidad en saber que su hijo es cuidado por sus abuelos).

En el estadio amarillo el cuidado de los nietos es aceptado por cumplir con algo que consideran una obligación moral. Quizás se haya normalizado el que los abuelos sean 'cuidadores' de sus nietos a modo de guardería, pero ello no ha de llevar nunca a vulnerar el principio de la autonomía de la voluntad que ha de dar origen al consentimiento en estas decisiones.

Para Sílvia Sumell, profesora colaboradora también de los Estudios de Psicología de la UOC,  se da una falta de capacidad de decir no, afirmando que «aunque no tienen la 'obligación' de cuidar de los nietos, muchos abuelos y abuelas se ven con la 'obligación moral y emocional' de ayudar a sus propios hijos, debido a las circunstancias sociales, laborales y económicas particulares de cada familia.  Para esta profesora actualmente las abuelas y los abuelos son una pieza clave en la estructura de la mayoría de familias y no se ven con la capacidad de decir que 'no'.

Y estaría el estadio rojo, que es cuando el cuidado se realiza sin consentimiento partiendo de esa dificultad intrínseca para decir no. Estas situaciones pueden provenir por la negativa de fondo a prestar el cuidado sin que se llegue a manifestarse tal negativa por temor a una posible consecuencia negativa (distanciamiento, emocional, físico, ruptura de relaciones paterno-filiales, etc).

Igualmente, estas situaciones (ya con responsabilidad penal) pueden tener su origen, en los casos más extremos, en una imposición fruto del ejercicio de una superioridad ejercida de hijos adultos sobre padres mayores.

¿Existe algún factor indicativo que nos ayude a discernir si el cuidado de los nietos es voluntario u obligado? 

Como factor indicativo de en qué estadio nos encontramos, está el que los abuelos se pregunten a sí mismos si estas tareas las sientes como una obligación ya que en caso afirmativo nos pondría en la pista de una posible situación de riesgo. Igual pregunta debería hacerse por parte de los hijos a fin de cerciorarse de que el consentimiento otorgado se mantiene libre. 

¿Cuál es el riesgo de no detectar a tiempo estas situaciones?

No indagar y detectar a tiempo estas situaciones puede vulnerar, desde el plano jurídico, el principio de la autonomía de la voluntad con origen en el libre desarrollo de la personalidad (art. 10.1 de la Constitución Española). En el plano personal, puede ocasionar que los abuelos tengan la sensación de encontrarse atrapados en el tiempo sin posibilidad de cambiar la situación, llegar a desarrollar, como señalan los expertos en la materia, el síndrome de la 'abuela esclava', que es una enfermedad grave, que afecta a mujeres maduras sometidas a una sobrecarga física y emocional y que origina graves y progresivos desequilibrios, tanto somáticos como psíquicos. 

¿Alguna recomendación a seguir?

A modo de conclusión, y para seguir haciendo efectivo el libre desarrollo de la personalidad en este ámbito, considero recomendable que los abuelos sean conscientes de esta dificultad y la puedan exteriorizar aun a su pesar; el que los hijos adultos sean conscientes también de ello, de que se aseguren de que el consentimiento es tal y de que el compromiso inicialmente asumido sea periódicamente renovado sin perjuicio de su revocación en cualquier momento, ya que a título gratuito se presta.