El Gobierno del Reino Unido trata de persuadir a extransportistas británicos para que vuelvan a ponerse al volante como parte del plan para paliar el desabastecimiento en las gasolineras, a fin de evitar tener que reclutar a trabajadores inmigrantes.
El secretario jefe del Tesoro, Simon Clarke, dijo este jueves a la cadena pública BBC que hay una campaña en marcha para "alentar a la gente que quiera volver al transporte a que lo que haga", aunque, con un déficit de 100.000 transportistas, el Ejecutivo conservador también concederá 5.000 visados temporales a conductores comunitarios.
Pero Clarke, que negó que la escasez de profesionales -que ha llevado al desabastecimiento- se deba al Brexit o salida británica de la Unión Europea (UE), insistió en que el objetivo es "aumentar el número de transportistas formados en el Reino Unido".
"Tenemos claro que dejamos la UE por algo, para controlar la inmigración", afirmó el político, que sostuvo que "el más de un millón de vacantes en el mercado laboral británico ofrece grandes oportunidades" a las personas desempleadas, por ejemplo al salir hoy del programa de retención de empleo introducido por la pandemia.
Por su parte, el nuevo viceprimer ministro y titular de Justicia, Dominic Raab -anteriormente en Exteriores-, ha sugerido, en declaraciones recogidas por la prensa, que "delincuentes menores" con sentencias de servicio a la comunidad podrían ser formados para conducir camiones.
Militares al auxilio
El ministro de Empresa, Kwasi Kwarteng, confirmó ayer que "en los próximos días" empezarán a verse militares conduciendo vehículos con combustible para abastecer a las estaciones de servicio, un 27 % de las cuales sigue sin mercancía, frente a un 60 % el pasado fin de semana, según datos oficiales.
De acuerdo con el Gobierno conservador, unos 150 conductores del Ejército están ya preparados para asumir esas funciones, mientras que también se han movilizado camiones cisterna propiedad del Estado.
Tanto el primer ministro, Boris Johnson, como los miembros de su gabinete mantienen que "se está estabilizando" la situación en las gasolineras, donde en los últimos días ha habido largas filas de coches intentando repostar ante el temor a quedarse sin gasolina.
Petroleras como Shell, Esso y BP volvieron a subrayar anoche en un comunicado que "hay abundante combustible en las refinerías" y "la situación en los surtidores está comenzando a mejorar", al tiempo que instan a repostar con normalidad.
Estas garantías no han sido suficientes para tranquilizar a los trabajadores de sectores esenciales, como sanidad y educación, que a menudo no pueden llenar sus depósitos, o a los taxistas londinenses, de los cuales un 30 % no pudo trabajar el martes.
Además, la tensión ha llevado a que los empleados de las gasolineras reciban "niveles intolerables de abuso tanto físico como verbal de conductores frustrados", ha denunciado el director de la Asociación de minoristas del petróleo, Gordon Balmer, que criticó que hay personas que se gastan apenas 1 libra (1,16 euros) para mantener el tanque lleno.
No mencionar el pánico
Casi una semana después de que se iniciara la compra en masa de gasolina ante, según la prensa y el propio Gobierno, "el pánico" a un desabastecimiento provocado por la escasez de transportistas -lo que ha agravado la carestía-, el Ejecutivo recomienda ahora a los ayuntamientos evitar usar esa palabra.
En documentos remitidos por el Gobierno, a los que ha tenido acceso la BBC, se insta a las autoridades locales a no utilizar términos como "pánico", "compras por el pánico" y "acumulación", pues los ciudadanos no son conscientes de estar "comprando en pánico" y oír estos vocablos fomenta ese comportamiento.
En lugar de estas expresiones, el Ejecutivo recomienda usar frases como "repostar antes de tiempo" o "un cambio en las pautas de la demanda", y pide "no juzgar moralmente" a quienes esperan horas para llenar el depósito llamándoles "egoístas" o "irracionales", pues eso genera reacciones negativas.
En declaraciones a la BBC, el concejal del Partido Verde en Brighton (sureste inglés) Phélim Mac Cafferty consideró "lamentable" que el Gobierno trate de que "los consistorios le ayuden a encubrir la crisis del combustible".