Francisco I. Pérez de Pablo

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Francisco I. Pérez de Pablo


El disfraz y las miserias

13/02/2024

Martes de carnaval. Coplas, cuplés y pasodobles, aunque en esta ciudad mística es más de cornetas y tambores de toques de pasión -3.000,00 € miseros anulan su celebración- que de turutas de chirigotas callejeras. Si tuviéramos el arte y la gracia de las chanzas de la Tacita de Plata no me cabe la menor duda que en las plazas y calles de la ciudad, la política -la mala política- sería el centro de las ingeniosas y agudas letras de las comparsas que no hay, como tampoco hay otras muchas cosas. 
Los abulenses no tenemos fama ni de graciosos ni de burlescos. Mas bien nuestro carácter es anodino, incluso soso. De lo más carnavalesco de los últimos tiempos es la postura del actual alcalde de la capital por convencer a los ciudadanos de que quien gobierna la ciudad es la oposición -risas- y que todo lo malo que le puede pasar y está pasando a esta Capital la culpa no es suya, sino de los demás -la trampa-.
El alcalde se ha puesto una careta y un traje emulando a uno de los personajes más populares de la comedia italiana y del carnaval de Venecia. Le gustaría más ser Polichinela -el alma del pueblo-, pero de momento solo llega a ser el Arlequín. Un sujeto astuto y necio, intrigante e indolente, sensual y grosero, brutal y cruel, ingenuo y pobre de solemnidad. Lleva una máscara negra de nariz geminiana, un traje colores con rombos o cuadros y es un fabuloso acróbata saltarín. Hace trucos y cosas fuera de lugar -no convencionales- es vistoso y siempre anda buscando peleas.
Con ese disfraz pretende no ser reconocido por los abulenses a los que cada semana les anuncia una obra y un recorte. El carnaval es un periodo de excesos y desenfreno antes de que se inicie la cuaresma, época de austeridad y abstinencia. El Regidor y su equipo, unilateralmente, han decidido mantener durante todo este año esa abstinencia aplicando recortes miseros y provocadores a diversas actividades sociales y económicas que dinamizan la ciudad. Es de esperar que entre esas miserias se anuncie de manera inminente eliminar el pago municipal del alquiler de los disfraces que el alcalde y la corporación visten en el desfile del mercado medieval. Disfruten del carnaval.