Aunque Castilla y León está en un momento de alta incidencia de la gripe y una alta utilización de servicios médicos, no se puede hablar de colapso sanitario, según explicó el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, que insistió en que no se han dejado de realizar intervenciones, pruebas o ingresos por la alta incidencia que pueda haber de virus como la gripe, que convive con otros como el covid.
En este sentido, según la información que dio a conocer la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León, los hospitales de la región están actualmente a un 75 por ciento de su ocupación, con 5.207 pacientes ingresados. El porcentaje es ligeramente más alto en el caso de Ávila donde se llega a un 78,53 por ciento, con 300 ingresados. Más tensión hay en Burgos, El Bierzo, León o Salamanca, mientras que hay zonas con cifras más bajas.
Como ejemplo del trabajo que se realiza en urgencias hospitalarias, en el caso del Complejo Asistencial de Ávila, el pasado 4 de enero se atendieron 182 urgencias, de las cuales prácticamente un 27 por ciento de ellas terminaron en ingresos. Este porcentaje de ingresos es bastante más alto de la media regional, que está por debajo del 20 por ciento, aunque hay casos como el hospital de El Bierzo donde están por encima del 32 por ciento. En Ávila, se puede decir que ese día una de cada cuatro personas que acudieron al hospital una tuvo que quedarse ingresada.
Estos meses de invierno, donde se van alcanzando los picos de gripe y además en este caso permanece el covid, no se trata solo de la tensión que pueda haber en los hospitales sino también como influye en la Atención Primaria. Una forma de ver esta evolución es a través de los puntos de atención continuada (PAC), es decir, las atenciones de urgencias que se hacen en centros de salud. En el caso del Área de Salud de Ávila, la media de pacientes atendidos al día en los PAC era de 21,65 pacientes en noviembre. Esta cifra ya se había elevado a más de 30 a finales de este año y, según el último dato proporcionado, el del 4 de enero, estaba cerca de los 39. Aún así esta presión es más baja que en Castillay León, con 43 pacientes diarios en los PAC, también en un dato que va en aumento.
planes de contingencia. Los centros de Atención Primaria y Atención Hospitalaria de la Gerencia Regional de Salud cuentan desde hace años con planes de contingencia invernal específicos cuyo objetivo es planificar y organizar los cambios organizativos y estructurales de carácter temporal, ante las posibles incidencias derivadas del incremento estacional de enfermedades respiratorias que suponen un aumento importante de la presión asistencial. El principal objetivo es mantener en unos niveles asumibles el impacto de la epidemia de gripe estacional y del resto de infecciones respiratorias. También supone estar preparados para una atención de forma ordenada ante un incremento muy significativo de los pacientes afectados por estas patologías.
Cada hospital cuenta con tres fases de activación, basadas en criterios epidemiológicos. Los criterios a utilizar son la ocupación de camas de hospitalización por pacientes con patología respiratoria, la ocupación de camas UCI por pacientes con patología respiratoria, las urgencias atendidas y las urgencias ingresadas.
En el caso de la Atención Primaria, el Plan de Contingencia Invernal de la Gerencia Regional de Salud tiene como objetivo esencial garantizar la continuidad de la asistencia sanitaria durante los meses de invierno, para lo cual se adapta de forma personalizada a las características y necesidades específicas de cada centro de salud y su área de influencia.
Sus ejes se basan en las necesidades de personal para garantizar la adecuada atención a los pacientes durante la temporada de invierno, incluso en situaciones de alta demanda asistencial;la puesta en marcha de medidas específicas de cara al previsible aumento de enfermedades respiratorias (fomento de las campañas de vacunación de gripe/covid, diagnóstico precoz de las IRA permitiendo iniciar tratamiento temprano, y campañas de sensibilización a la población); y el establecimiento de medidas de reorganización funcional o de refuerzo de recursos para una atención eficiente.