«No soy capaz de tirar un sólo libro»

M.M.G.
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Rosa María Mora ha decidido regalar a sus vecinos de Navaluenga todos los libros que ella ya ha leído. El muro de entrada de su casa se ha convertido en un escaparate único lleno de historias para soñar

«No soy capaz de tirar un sólo libro»

A Rosa María le encanta leer. Lleva haciéndolo con deleite desde la adolescencia. Y aunque es joven, esa pasión por la lectura le ha llevado a acumular una cantidad de libros que, ahora, ha decidido compartir con sus vecinos de Navaluenga de una manera tan generosa como original. Les contamos su historia.

Ésta tiene mucho que ver con una mudanza y con el hecho de que, como nos dice nada más comenzar a charlar con ella, se ve incapaz «de tirar un sólo libro». Así que, ahora que va a mudarse, ha decidido colocar en el muro de su casa de Navaluenga (ubicada en la calle Gimialcón) libros para que todo el mundo que quiera, sin compromiso alguno y de manera gratuita, se lleve a casa los que más le apetezca leer. «La gente no tiene ni que llamar a la puerta, que a lo mejor les podría dar vergüenza. Sólo tienen que coger los libros», anima Rosa María a navalongueños y turistas a disfrutar de la lectura este verano a través de los libros que a ella tanto le hicieron soñar en su día.

Lectora empedernida, Rosa María nos cuenta que sonAlmudena Grandes yAntonio Gala sus escritores preferidos. De ahí que sus nombres figuren en algunos de los ejemplares que ahora quiere regalar a sus vecinos.

De hecho, Gala ha protagonizado ya alguna de las anécdotas que esta curiosa iniciativa, que ha querido compartir en redes sociales, le va dejando. «Me llamó un vecino que había visto un libro de Gala en una foto, pidiéndome que se lo guardara», cuenta Rosa María, «se ve que la gente se va a animando». 

Como se animaron también este mismo jueves una vecina de Navaluenga y su sobrina que, nos cuenta Rosa María, acabaron dentro de su casa curioseando entre los libros que aún no había sacado al muro y que se llevaron unos cuantos.

Porque Rosa María va actualizando constantemente esta altruista librería. Lo hará hasta que se le acaben los ejemplares. Yserá entonces cuando su satisfacción sea máxima. «Es que los libros son caros y hay gente que no puede permitírselos»,reflexiona la librera más generosa de Navaluenga, que nos cuenta ilusionada cómo está recibiendo el cariño y las felicitaciones de sus vecinos. Y nosotros nos sumamos a ellas. Enhorabuena.