Pensar en el Óbila Club de Basket es pensar en Obilón, su más fiel seguidor desde hace más de veinte años, cuando se convirtió en la mascota del primer equipo. «Cuando los fundadores del Óbila vinieron a ficharme no me lo pensé dos veces» recuerda sobre su llegada a un club que, desde entonces, se ha convertido en su familia. «Soy uno más de la Marea Verde» asegura este 'joven' verraco. Uno más de esa afición a la que tanto adora y que tanto le adora. Especialmente los niños y las niñas, para los que siempre tiene su mejor sonrisa. «Tenemos que cuidarlos mucho porque son el futuro» dice quien siempre tiene un gesto amable hacia ellos. «Me dan muchísima energía para seguir dándolo todo».
Su pasión por el baloncesto viene de lejos, «de toda la vida».Siempre lo ha practicado junto al resto de verracos en su castro vettón, donde sus «casi dos metros» le hacían destacar sobre los demás. Le faltó algo de flexibilidad para llegar a la elite. Algo en lo que ha trabajado mucho estos años. «Los entrenadores del Óbila me han ayudado muchísimo».Porque como bien recuerda Obilón, «los verracos somos de piedra y algo lentos de movimientos».Quién lo diría cuando le hemos visto hacer todo tipo de bailes y equilibrios sobre una cancha en la que ha vivido de todo, bueno y malo. Sea cual sea la situación «siempre pueden contar con nosotros, con la Marea Verde.Esta afición siempre apoya al equipo en los buenos pero también en los malos momentos». Cuando más necesario se hace ahí estará él, a pie de pista para animar a todos.Porque pocos partidos se pierde. «Trato de ir a todos pero claro… Voy teniendo una edad y me lesiono de vez en cuando».Como hacen los jugadores, «me pongo en las manos de Sergu, nuestro fisioterapeuta». Si no puede ir al Carlos Sastre «siempre sigo los partidos por Youtube desde el salón de mi casa, con mi camiseta, mi bufanda… No me los pierdo por nada». Ypor nada le queremos perder a él. Porque forma parte del alma del equipo pero también de la afición. «Si están de bajón, con unos bailes y cánticos vuelven a estar apoyando al equipo convirtiendo el Carlos Sastre en un fortín» explica Obilón, una 'especie' en extinción.Porque son pocas –esta temporada el Zona Norte fichaba a 'Chicho', un oso polar– las mascotas entre los clubes abulenses. «Desde aquí hago un llamamiento a todos los clubes de Ávila para que fichen una mascota. Si es posible, que sea una verraca. Mi corazón es del Óbila, pero estoy abierto al amor».