El sol recibió a la popular ‘Borriquilla’ a su salida de la Catedral de Ávila para protagonizar el tradicional Domingo de Ramos con la procesión de las Palmas, pero la lluvia también quiso sumarse a una de las conmemoraciones de la Semana Santa más arraigadas en la ciudad y sorprendió a la mitad de recorrido, lo que obligó a acelerar el paso y a tapar sobre la marcha las dos imágenes, la Entrada de Jesús en Jerusalén y Nuestra Señora de los Infantes de la Juventud Antoniana.
Con todo, y a diferencia de lo que ocurría el sábado, en esta ocasión sí pudo completarse totalmente la alegre procesión y, de hecho, los dos pasos llegaron a San Antonio ya sin plástico ni capa, al detenerse las precipitaciones justo en la rotonda del Paseo de Don Carmelo. Lo importante es que la gran mayoría de los cientos de abulenses y visitantes que se dieron cita en algún punto del recorrido pudieron ver en todo su esplendor la escenificación de la llegada de Jesús a Jerusalén, la escena de la querida ‘Borriquilla’.
La procesión de Las Palmas volvió a reunir todos los ingredientes que la hacen tan especial, el protagonismo de los niños y la presencia de las palmas y ramos de laurel ya bendecidos que acompañan a Jesús en el paso y también por todo el recorrido portados por los numerosos asistentes a pie de calle y en balcones, muchos de ellos de pequeña edad.
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