Ávila en el corazón y en la pintura de Sorolla

D. Casillas
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Jesús María Sanchidrián, cronista oficial, ofreció ayer una interesante y amena charla en la que puso de manifiesto la intensa relación que el genial pintor valenciano tuvo con nuestra capital

Ávila en el corazón y en la pintura de Sorolla - Foto: Isabel García

Joaquín Sorolla, pintor valenciano y universal, uno de los artistas plásticos españoles más celebrados y expuestos a nivel nacional e internacional, mantuvo una relación con Ávila que fue más allá de las tres visitas que realizó a la ciudad para llevarla a sus lienzos, una conexión del artista mediterráneo con una tierra árida pero que compartía con aquella el lujo de una luz maravillosa que ayer recreó con su habitual minuciosidad y amenidad Jesús María Sanchidrián, cronista oficial de la ciudad de Ávila, en una conferencia muy interesante y prolija en datos a la que tituló 'Ávila en el paraíso de Sorolla con guiños a santa Teresa'.

Sanchidrián, que acompañó su charla de una generosa muestra de imágenes perfectamente traídas para enriquecer su discurso y hacerle más ameno y accesible, comenzó explicando la perfecta coherencia que tiene el hecho de que la ciudad de Ávila se sume a la conmemoración del centenario de la muerte de Joaquín Sorolla, tanto «por la estrecha vinculación de su pintura» con nuestra capital como por «por los lazos que encontramos en el álbum intimista y familiar de su vida, que también es muestrario de su trabajo artístico», y también por la relación «indirecta» de su obra con la figura de santa Teresa de Jesús, en cuyo Año Jubilar estamos inmersos. «Ambas conmemoraciones nos sirven ahora como motivo para el reencuentro entre la pintura costumbrista y paisajística que pintó Sorolla en Ávila con la espiritualidad de su obra y la figura de Teresa de Jesús», resumió el ponente.

Recordó Sanchidrián que Sorolla visitó la ciudad de Ávila en tres ocasiones, la primera en 1910 –escribió que «yo no sé lo que me ocurre con la luz de Ávila y el frío mezclados, que sin sentirme mal hay algo que te quita el deseo de pintar a gusto; será la triste pobreza de esta naturaleza. No lo sé, pero al mismo tiempo atrae la severidad… Me fastidia lo castellano, es demasiado bárbaro»–, la segunda en mayo de 1912, ocasión esta en la que está nueve días para pintar los cuadros Tipos de Ávila, Vista general y Murallas de Ávila, así como los estudios preparatorios para su obra Castilla. La fiesta del pan, aparte de algún otro trabajo, como las notas que tomó de la fuente del Pradillo, y la tercera en noviembre de 1913.

La ciudad de Ávila, resumió su cronista oficial, es «un singular exponente de los territorios creativos de Joaquín Sorolla» y, además de como ciudad que es «protagonista del misticismo heredado de su hija más ilustre», la urbe «se nos aparece entre los recuerdos del largo peregrinaje del pintor plasmando viejas estampas de su historia monumental, antiguas costumbres y atavíos de sus gentes; en el epistolario como germen de inspiración o motivo de felicitación, o como imagen de postal añorada; en las lecturas librescas compartidas de nuestra historia abulense» (por ejemplo de la novela La gloria de Don Ramiro, que Federico de Sousa le envía en mayo de 1909 para que la lea en el viaje de vuelta de sus exposiciones den Nueva York, Buffalo y Boston); en el trato con interlocutores amantes de esta tierra y de su tradición; en los retratos del pintor de personajes de raigambre o herencia familiar abulense, de los que testimonian su querencia en hermosos cuadros y textos literarios; y en los retratistas amigos que también fotografiaron Ávila».

espíritu teresiano. Y aunque, recordó Sanchidrián, «Sorolla no retrató a santa Teresa» explícitamente, bien puede intuirse que el espíritu de la mística abulense aparece claramente en alguna de sus obras, por ejemplo en el cuadro titulado Monja en oración, «de honda inspiración teresiana, y por ende de raigambre abulense».

En el imaginario de Sorolla, y a lo largo de su «peregrinaje por España», recordó Sanchidrián que Ávila aparece plasmada en siete grandes campos:

- En viejas estampas de su historia monumental y antiguas costumbres y atavíos de sus gentes.

- En el imaginario de santa Teresa.

- En el epistolario en el que Ávila aparece como fuente de inspiración o motivo de felicitación, o como imagen de postal añorada.

- En las lecturas librescas compartidas de nuestra historia abulense.

- En el trato con interlocutores amantes de esta tierra y su tradición.

- En los retratos del pintor de personajes de raigambre o herencia familiar abulense, de los que testimonian su querencia en hermosos cuadros y textos literarios.

- En los retratistas que fotografiaron Ávila.

Es decir, que siendo notable la relevancia que la ciudad de Ávila y sus gentes tuvieron para la producción pictórica y para la vida personal de Sorolla era muy atinado, además de muy agradecido, reunir y contextualizar la mucha información que sobre esa relación que existió entre el artista y la ciudad que tanto arte atesora está repartida en diferentes lugares y archivos. Solamente era preciso, y no fácil por el arduo trabajo que eso significaba (por muy interesante que sea), que alguien se lanzase a esa aventura compiladora y luego la compartiese con la ciudad que tanto apasionó al pintor valenciano, como antes y después ha hecho con otros grandes creadores.

Y de esa labor se hizo responsable Jesús María Sanchidrián, con pericia y mucha dedicación, y ayer la compartió, con mucha generosidad, con el público abulense, que desde ahora conoce un poco mejor no solamente al artista español quizás más expuesto en vida y luego tras su muerte, sino también a esta ciudad que descubrió tarde pero que de alguna manera le traspasó un poco el corazón… otro punto de conexión con santa Teresa.

La original y muy visual conferencia se cerró con un pequeño concierto en el que Clara Álvarez, la esposa de Jesús María Sanchidrián, cantó una selección de poemas musicados de santa Teresa acompañada por la música de guitarra, cerrando así perfectamente el doble círculo de poner un acento teresiano más a la charla y de sumarse a la celebración del Día Mundial de la Poesía.