Árboles y ganado, claves en la fijación de carbono en el suelo

M.M.G.
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UCAV, Fundación Ávila y Acapri presentan los resultados del proyecto 'Absorción de carbono mediante pastoreo y restauración forestal, aliados frente al cambio climático'

Árboles y ganado, claves en la fijación de carbono en el suelo

Árboles y cabras, como mejores aliados para luchar contra el cambio climático. Así podría resumirse, a muy grandes rasgos, las conclusiones que la Universidad Católica de Ávila, Fundación Ávila y la empresa Acapri han obtenido del proyecto de investigación 'Absorción de carbono mediante pastoreo y restauración forestal, aliados frente al cambio climático' (CarPasFor), enmarcado dentro del Plan Territorial de Fomento para Ávila que gestiona el Centro de Transferencia de Conocimiento de Ávila.

Este miércoles se presentaban en Los Serrano los resultados de una investigación que se ha llevado a cabo tanto en la finca de Bascarrabal como en otra de Bohoyo y en Venero Claro, así como en Villanueva de Gómez

«El proyecto CarPasFor tiene como objetivo transferir a la empresa y a la sociedad en general dos herramientas de lucha contra el cambio climático, el pastoreo en extensivo de cabras y la repoblación forestal», explicaba Jorge Mongil,  investigador principal del proyecto por parte de la UCAV, que especificaba que si bien las 30 cabezas de cabras guadarrameñas (una especie autóctona de Gredos y en peligro de extinción) con las que contaban para la parte del pastoreo estuvieron en Bascarrabal y Bohoyo, la repoblación se llevó a cabo en Villanueva de Gómez.

«Durante estos meses hemos hecho distintos muestreos de sueños y hoy vamos a presentar los resultados, centrándonos, sobre todo, en el contenido de carbono en el suelo», exponía Mongil, que aclaraba que «el suelo es uno de los sumideros de carbono más importantes, que secuestra el carbono de la atmósfera y lo fija en el suelo, que es una técnica de lucha contra el cambio climático».

Explicaba Mongil que los suelos forestales como los de Ávila tienen mucho mayor contenido de carbono, en materia orgánica, por los restos vegetales muertos que caen al suelo, así como por los excrementos del ganado que se incorporan al suelo. «Y eso hace que sea una forma de carbono que se incorpora al suelo muy estable y muy duradero en el tiempo», apuntaba el investigador, que hablaba de un proyecto «muy corto», desarrollado de septiembre a diciembre, y que precisaría de algo más de tiempo, incluso décadas, para obtener información más concluyente.

«Cuando hablamos de suelos es poco tiempo para hablar de resultados definitivos.Necesitaríamos muchos años. Incluso décadas. Treinta años incluso para ver resultados más claros», reconocía. Pero pese a este «handicap», Mongil sí que aclaraba que al haberse monitoreado suelos que ya estaban pastados de antiguo, se han podido comparar con otros no pastados o en los que se ha metido ahora el ganado (y de igual manera, la repoblación hecha se ha podido comparar con un pinar adulto), «sí que hemos obtenido diferencias entre ellos». Se refería, por ejemplo, a un pastizal en el que no había habido ganado hasta ahora no ha habido grandes diferencias significativas. Pero en la finca en la que ya pastaba se han visto diferencias importantes. «Y eso demuestra dos cosas», planteaba una de la conclusiones obtenidas en el estudio. «Primero, que se cumple la hipótesis del suelo como almacén de carbono. Pero es un tendencia que hay que ver después de muchos años, por lo que pensamos que este proyecto debe tener continuidad en el tiempo», hacía Mongil un llamamiento a sus responsables. 

parte divulgativa. Por su parte, José Ignacio Romero, gerente de la empresa Acapri, incidía más en la vertiente educativa del proyecto. Y es que durante el tiempo ene l que ha estado en marcha han sido más de cien chicos los que se han acercado al mundo del pastoreo de la mano de Acapri. «Es importante poner en valor el pastoreo en extensivo, así como la labor de los pastores, realizada de manera callada pero que ayuda al medio ambiente», defendía Romero a los hombres y mujeres que cada día salen con sus rebaños al campo. «Es que ayudan a la conservación del territorio», subrayaba el gerente de Acapri, para el que el haber podido acercar ese mundo a los más jóvenes supone «un salto de calidad» a nivel educativo y medioambiental, y permitirá, además, que «la gente descubra que la vida rural tiene su importancia».

Por parte de la Fundación Ávila acudía este jueves a la presentación de resultados su presidenta, Dolores Ruiz-Ayúcar.