Las instituciones se afanan para frenar la plaga de topillos

Sergio Jiménez
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Cuatro máquinas contratadas por la Diputación Provincial trabajan en la comarca para limpiar las cunetas de reservorios y dejar los roedores a la vista de las rapaces

Las instituciones se afanan para frenar la plaga de topillos - Foto: Isabel García

Durante todo el verano, los productores de la comarca de La Moraña llevan denunciando la enorme proliferación de topillos en sus tierras de cultivo. Una situación que ha provocado que la cosecha de cereal se haya mermado, según sus cálculos, en un 30% con respecto a lo previsto y que los cultivos de regadío (patatas, cebollas, remolachas) ya están empezando a sufrir.

El pasado viernes 9 de agosto, ante los lamentos de los agricultores, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla y León aceptó sus demandas para permitir su control. Entre las medidas aprobadas se encontraba «la destrucción mecánica de las huras y las galerías», actuación que ya se está llevando a cabo en la zona de Madrigal de las Altas Torres. La Diputación Provincial de Ávila, siguiendo las indicaciones de la Junta, contrató cuatro máquinas para la limpieza de cunetas en las tierras de labor que ya están en funcionamiento. La idea es que, en un plazo de diez días, los 15 pueblos más afectados por la plaga de topillos (la zona de Madrigal, Horcajo de las Torres, Blasconuño de Matacabras, Mamblas o Rasueros, principalmente) estén cubiertos. La inversión de la Diputación Provincial es de unos 30.000 euros en esta primera actuación, aunque no se descarta que sean necesarios más trabajos de control.

«El proceso consiste en un perfilado de las cunetas de los caminos para quitar los reservorios de los topillos para que las aves rapaces se encarguen de aniquilarlos y comérselos», explicó Antonio Jiménez, diputado responsable de Consorcios. Esta es la principal acción que se está desarrollando por su rapidez y eficacia, pero desde la Junta también se trataron otros trabajos complementarios. «Se hablaba de hacer un choque biológico, que consiste en la instalación de cajas-nido para lechuzas o cernícalos», comentó el diputado, quien aclaró que dependen de las directrices que emita la administración regional en este sentido. Félix Álvarez, alcalde de Moraleja de Matacabras (otro de los municipios afectados) y diputado de la zona, recordó que la Junta ya instaló hace tres años 150 cajas-nidos, de las que criaron en 35 de ellas.

Las instituciones se afanan para frenar la plaga de topillosLas instituciones se afanan para frenar la plaga de topillos - Foto: Isabel GarcíaLos topillos, a pesar de su aparente ternura, es uno de los mayores enemigos de los trabajadores del campo. Su principal fuente de alimento son las raíces (que hace que se sequen las plantas) y los cereales (se comen el propio grano), lo que dejan a los agricultores sin su cosecha de temporada. La proliferación de estos roedores ha propiciado unas pérdidas de un enorme coste económico en las aproximadamente 30.000 hectáreas afectadas en la zona de Madrigal de las Altas Torres. Aunque no es la única zona afectada. «En Collado de Contreras, que no está integrado en esta fase, el alcalde nos ha comunicado que también hay bastantes», comentó Jiménez. La plaga incluso ha llegado a zonas del Valle Amblés como El Fresno o Niharra, poblaciones ubicadas a bastantes kilómetros de La Moraña.

Los agricultores agradecen estos trabajos que tratan de frenar el avance de los topillos y de salvar la temporada agrícola. Sin embargo, consideran que llega demasiado tarde. «Mandamos la primera carta a la Junta de Castilla y León en febrero. Entonces vinieron a hacer la monitorización de los daños, pero creemos que se debería haber actuado antes para evitar las pérdidas de los agricultores, que son quienes se ven afectados por esta plaga», declaró Jesús del Campo, alcalde de Madrigal.  

Estos trabajos vienen a paliar en algún sentido las directrices de la PAC (Política Agraria Comunitaria), que impiden quemas, por ejemplo, que durante tanto tiempo tuvieron a raya a los topillos, la gran pesadilla veraniega de los agricultores de La Moraña.