Homenaje del pueblo a su centenaria hija

P.R.
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El Ayuntamiento de Serranillos y la propia familia organizan una fiesta de cumpleaños a Juana Blázquez de la Cruz, que el pasado día 13 de agosto cumplía los 105 años de edad. Todo el pueblo se sumó

Juana junto a los miembros de su familia el día de la fiesta homenaje a la centenaria - Foto: Ayuntamiento

Dispone de una destreza y una agilidad mental increíble y gran movilidad, aunque se mueve con bastón por la calle para evitar problemas de posibles caídas que pudiera sufrir. Pero por casa es plenamente autónoma. Tanto es así que vive en su propia casa, donde está la mayor parte del tiempo, aunque suele ir a dormir a la casa de una de sus hijas, que vive en el mismo pueblo. Además, si puede no perdona el vermut de medio día, porque suele salir de casa todos los días para tomar el vermut. «Ahora lo toma con gaseosa, pero hasta hace muy poco lo tomaba solo, porque no quería aguarlo», reconoce a este periódico su nieta Mayte Jaras.

La fiesta homenaje que organizó el pueblo de Serranillos y su Ayuntamiento junto a sus familiares, se celebró el pasado martes, día 15 de agosto. Todo el pueblo se unió a esta celebración, que tuvo un sentido muy especial para  Juana, con motivo de cumplir su 105 aniversario. 

Una mujer  con una gran vitalidad y amena conversación , que le gusta conversar y recordar anécdotas de su extenso pasado a todos los interlocutores que se lo preguntan.

Su marido, Sotero Hernández González falleció en el año 1973. Fue guarda forestal. De hecho en Serranillos se le recuerda como el guarda forestal del pueblo, como indica su nieta Mayte.

Con el tiempo emigraron a un pequeño pueblo de la provincia de  Palencia, Cordovilla la Real, donde tiene su casa y donde sigue viviendo durante el día, mientras que pasa la noche en la casa de su hija mayor, Julia, que también vive en este pueblo. 

No suele venir con frecuencia a Serranillos. De hecho, recuerda su nieta, que la última vez que vino fue un viaje relámpago, ya que se desplazó por el fallecimiento de un cuñado y después regresó al pueblo en el que vive desde hace años. De hecho, reconoce la nieta,  Juana vive en los veranos en Cordovilla y pasa los inviernos en Miranda de Ebro, donde vive su hija Julia, que en la actualidad tiene 78 años y su nieta Mayte.

Sotero y Juana tuvieron cinco hijos, tres de ellos y dos varones. Dos han fallecido. Viven en la actualidad Julia (78 años), Tomasa (72)  Y Jesús (70).  También tiene 7 nietos y dos biznietos.

Posee un gran  sentido del humor. De hecho, durante el homenaje recordó algunas anécdotas que le ocurrieron en su extensa vida y todavía se reía a carcajada limpia y lo contaba con la ironía que le caracteriza. Alguna de estas anécdotas hacía referencia a cuestiones que le ocurrieron en los trabajos que realizó en casas de Madrid y de Ávila donde trabajo. Anécdotas como la que contaba el día de la fiesta homenaje,  ocurrida en una casa de Madrid en la que trabajaba. La señora de la casa le pidió que le trajera una americana,  que estaba en la habitación. Ella contó que se acercó a la habitación y que buscó a la mujer americana por todas partes, en los rincones, debajo de la cama, e incluso  abrió la ventana para ver si aparecía. Pero evidentemente a esa americana no la encontró.  Otra de las anécdota que recordó le sucedió en otra casa.  Al parecer la señora le indicó que le dejaba unos cangrejos para que los preparara con arroz. Cuando vio los cangrejos comprobó que estos estaban vivos y ella jamás había matado antes a uno. Dijo que intentó diversas cosas para tratar de matarlos, entre ellas buscó la forma de colocar la 'barba' del cangrejo sobre la cerradura de la puerta. Pero al parecer no lo consiguió. Cuando la señora regresó, le preguntó si estaba preparado el arroz. Juana dijo que sí, pero no... Había hecho el arroz, pero sin los cangrejos, porque   decía que no sabía como capar a los cangrejos, porque a los cochinos cuando tienen que caparlos en el pueblo va el capador y lo hace. 

También recuerda su nieta Mayte que la  Guerra le pilló en Moralzarzal (Madrid) trabajando. Comentó que trató de ahorrar lo más posible, pero que al final no le sirvió de nada este esfuerzo ahorrador, porque al finalizar la guerra se encontraba en el bando de los perdedores y el dinero de la República carecía de valor tras la guerra civil.