«Si cobráramos perderíamos la esencia»

M.E
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Enfermero en una uvi móvil y bombero interino durante un tiempo es un apasionado de las emergencias. Su vocación se extiende a la parcela más personal:es el jefe de Protección Civil de Ávila y delegado provincial de Salvamento y Socorrismo

«Si cobráramos perderíamos la esencia» - Foto: David González

LO suyo, definitivamente, son las emergencias, un ámbito que a muchas personas les podría resultar duro pero que Fernando Nieto (Ávila, 1989) afronta con verdadera pasión. Lo hace, además, desde un punto de vista multidisciplinar. Es enfermero, ha sido bombero, está inmerso en el mundo del salvamento deportivo y también es voluntario de Protección Civil, de ahí que esté formado y preparado para encarar emergencias desde distintos roles. Su sueño desde niño, como el de muchos, era ser bombero. Llegado el momento se decantó por la Enfermería, pero el oficio de bombero también se cruzó en su camino y pudo cumplir su ilusión unos años. De ahí volvió a la enfermería, ya en el campo de las emergencias, que es lo que verdaderamente le gusta. Hoy está muy contento con su trabajo en una uvi móvil, pero tampoco descarta volver a subirse al camión rojo. Con el corazón dividido, lo que parece claro es que su presente y su futuro profesional está ligado a las emergencias. También lo está buena parte de su tiempo libre, no en vano sigue siendo voluntario de Protección Civil y, desde hace unos meses, es el jefe de la agrupación de Ávila. Esta es su historia, la de un compromiso fuerte con un campo que le tiene totalmente enganchado. 

Fernando Nieto nació y estudió en Ávila, primero en el Colegio Diocesano y después en el campus abulense de la Universidad de Salamanca, en su apuesta por Enfermería. Sus primeros trabajos fueron en la provincia, primero en la zona sur como socorrista unos veranos y, ya como enfermero, en localidades como Arévalo, El Tiemblo y Cebreros, antes de recalar, allá por el 2011, en el Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila, donde estuvo unos cinco años.

¿Siempre quiso ser enfermero?, le preguntamos. «La verdad es que siempre quise ser bombero, mi abuelo lo era y recuerdo ir de pequeño al parque de bomberos a visitarle, pero la enfermería era algo que me atraía bastante y por eso estudié la carrera». Pero ese sueño de niño se acabó cumpliendo cuando se sacó la plaza de bombero interino en la Diputación de Valladolid, lo que le llevó a trabajar cuatro años en Medina de Rioseco. Una lesión le impidió presentarse a la siguiente oposición y ese camino, de momento, se ha quedado ahí, aunque la vida le volvería a llevar a las emergencias, al Centro Coordinador de Urgencias en Valladolid, donde estuvo dos años, y después a la uvi móvil de Ciudad Rodrigo, donde continúa y donde se siente muy a gusto. Sigue viviendo en Ávila porque «al ser guardias de 24 horas, los horarios son muy buenos», lo que le permite tener mucho tiempo libre para estudiar y para dedicarse a su otra gran ocupación, la de voluntario de Protección Civil. 

 A la agrupación llegó en el año 2009. «Yo había hecho salvamento deportivo, me gustaba ese mundo, estaba a punto de terminar la carrera y era una manera de tomar contacto con la calle porque, por mucho que estudies, no es lo mismo». El inicio fue movido. «Coincidió la Jornada Mundial de la Juventud, el incendio forestal de Arenas de San Pedro... te vas formando, vas cogiendo práctica y es una cosa que si te gusta y tienes curiosidad, enseguida coges el ritmo». Desde mayo del año pasado, además, es el jefe de una agrupación que cuenta con 43 voluntarios, aunque «necesitaríamos más; hace años llegamos a ser 70, que es el máximo que tenemos por capacidad, y nos vendría bien más ayuda», explica. No se necesita una cualificación concreta porque «hay que hacer un curso básico de ingreso y pasar unos exámenes, ya que aunque somos voluntarios no dejamos de ser profesionales y hay que prepararse». Eso sí, hay que tener ganas, tiempo libre y una disposición mínima. «Cada uno aporta lo que puede y puede estar más o menos comprometido, pero luego es verdad que cuando hace falta la gente responde». 

Por si alguno se lo está preguntando, en Protección Civil no se cobra nada. «Si lo hiciéramos perderíamos la esencia, cada uno tiene una motivación para estar aquí» y no es la económica. «Hay gente que estudia y la gente que trabaja vive de su trabajo, esto es aparte, aunque a veces aporta más esto». En su caso tiene «la ventaja de que esté relacionado y muchas de las cosas que aprendo las puedo poner en práctica dentro de la agrupación y al revés, pero no tiene por qué». 

 

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