El Real Ávila enseña sus mimbres

A.S.G.
-

El equipo encarnado se impuso a un Beroil Bupolsa que desperdició sus ocasiones para empatar el duelo • Vitolo, con un buen zapatazo, puso el 1-0 • Álex Rabadán, timón del equipo

Encuentro entre el Real Ávila y el Beroil Bupolsa en el Adolfo Suárez. - Foto: Antonio Bartolomé

Real Ávila, 1

 

Beroil Bupolsa, 0

Dario

Jose Mari

Javi

Josito

Llorián

David Viciedo

Christian

(Benji, 57’)

Vitolo

(David, 71’)

Álex Rabadán

Sergio

Borja

(Albert, 80’)

  Álex

Saúl

(Zamora, 66’)

Picón

(Abad, 57’)

Bellido

Cachorro

Manu

Gallo

Cerezo

(Daba, 57’)

Pecas

Guti

Pablo

Goles

1-0 (minuto 6) Vitolo

Árbitro

Gallego Hernández. Mostró cartulinas amarillas a los locales Javi, Álex, Darío, Sergio y Josito, y a los visitantes Cerezo, Pablo, Bellido y Daba.

Incidencias

Encuentro correspondiente a la segunda jornada del grupo VIII de Tercera División, disputado en el Adolfo Suárez ante 250 espectadores.

 

Se puede pedir más, se puede ser ambicioso, pero no es el momento. Para ello aún queda mucho. Lo que toca ahora es construir, sumar y quedarse con las buenas sensaciones de un Real Ávila que tiene mimbres para conformar un equipo competitivo, atractivo y repleto de jóvenes jugadores en el que los ‘pequeños’ mandan. O lo que es lo mismo, hay jugones y peloteros de sobra en el centro del campo como para conformar un once y un estilo de juego con el suficiente gusto por el balón como para divertir esta temporada. Por lo pronto el equipo sigue y seguirá con el cartel de ‘en construcción’, si bien la obra parece ir por buen camino. Si como director de obra está Borja Jiménez, como arquitecto Álex Rabadán, que a sus 21 años es el ‘veterano’ del equipo. Al ex centrocampista del Valladolid B se le notan los galones de saber lo que es jugar en el grupo VIIIy vivir un ascenso a Segunda B. Ni le pesan ni los desprecia. Cuando gane en físico y el equipo empiece a adquirir automatismos el resultado pinta interesante. Buena culpa la tienen quienes le secundan, como Vicedo, SergioMorilla o Vitolo, que parecen entender el fútbol desde la posesión y lejos de los centímetros y la corpulencia que este año le falta al equipo. Queda afinar la ‘orquesta’. Sólo las dudas en la zona de ataque, donde Borja Bite debutó sin arrojar muchas lecturas, quedan en el aire en un equipo al que aún le falta fuelle y jugadores, aunque que le fue suficiente ante unBeroil Bupolsa que de haber empatado no hubiera sido desmerecido.

Había dudas sobre cómo podía recibir el respetable al nuevo Real Ávila después de un verano incierto y un equipo remozado hasta sus raíces. No hubo tiempo ni concesiones a los ‘peros’. Vitolo sacudió los miedos con la misma precisión con la que arrancó las telarañas al marco defendido por Álex, que ya había visto cómo el canario lo intentaba minutos antes sin éxito. Hasta que enganchó la que esperaba, un balón en la frontal, plano, que fue tomando altura hasta convertirse en el 1-0. Una noticia más que interesante para un partido en el que apenas se habían jugado seis minutos y donde el Real Ávila había saltado con tantas ganas como sensaciones de que por el camino aún quedan muchos entrenamientos.

Se estrenó Borja en punta de ataque –se le vio demasiado perdido– y repitió Josito como pareja de Javi en el centro de la defensa. Una posición circunstancial –Albert llegaba justo tras un proceso vírico durante la semana– en la que supo cumplir hasta que Pekas y Gallo comprendieron que no es su sitio natural. Sin embargo le facilitó el trabajo, al menos de inicio, un Beroil Bupolsa espeso en ataque y demasiado blando en defensa. Concedió metros y aire a los encarnados, al menos en la zona de creación, donde Álex Rabadán se mostró como el conductor del nuevo proyecto. El ‘11’ se enseñó, se movió y se ofreció. Vicedo, en estos momentos el único pivote del equipo, se incrustó entre los centrales.

El gol pareció aplacar la intensidad, que no las ganas, de los encarnados. El Beroil Bupolsa aprovechó la ocasión. Saúl –minuto 28– pudo empatar en un cabezazo a saque de córner, aunque su remate se marchaba fuera tras cabecear en  solitario. Cerezo sería el primero en comprobar que bajo palos jugaba Darío –habrá que esperar si Esteban, sancionado, llega para competir o para ser secundario de lujo– cuando un remate duro desde fuera obligaba al abulense a despejarla de puños. Tomaba de nuevo ritmo el partido, y Vicedo –minuto 39– la golpeaba con violencia desde la frontal, si bien no encontraba puerta. Tampoco la encontró Pekas en un error garrafal para un ‘9’. Se la comieron por banda izquierda Llorián y Josito cuando Gallo penetraba hasta línea de fondo y ponía un balón de gol al área pequeña, donde penetraba el atacante burgalés. Darío salió a la desesperada. No quedaba otra. Olía a gol la jugada pero el delantero acabó desesperado. Su remate, a puerta vacía, salía lamiendo el palo. Volvería a lamentarse, aunque en esta ocasión –minuto 44– el larguero era el que repelía su disparo. Se revolvió y disparó. El movimiento fue bueno, el remate también, pero sin suerte no hay premio. El Beroil se marchaba a vestuarios con la sensación de haber merecido el empate.

Si acabó el Beroil Bupolsa lamentando no poder empatar, arrancaría la segunda parte el Ávila lamentando no poder incrementar su ventaja. Llorián convertía un saque de banda –minuto 51– en una jugada de gol. Puso el esférico en el centro del área, donde la remataba Sergio. Se la encontró Álex. Si le sonrió la suerte o se colocó bien, poco importa. Impidió el 2-0.  Metió Borja Jiménez a Benji en banda, De la Riva a Daba y Abad. El partido cambió poco. Algunos empezaban a sufrir la falta de físico. La falta de fuelle lo compartían ambos. A todos le llegaba el encuentro demasiado pronto.

No apretaba el Beroil Bupolsa, no sufría el Ávila, que respiró cuando Josito, al tratar de despejar un esférico colgado al área, lo lanzaba hacia las inmediaciones del marco de Darío.

Apretó –en lo futbolístico y en lo físico– en los últimos minutos el Beroil Bupolsa, como percatándose de que perdía el partido cuando el crono ya marcaba el 90’. Se armó el Real Ávila atrás, pidiendo la hora. Era lo que tocaba. Ya habrá tiempo para acabar con más holguras.