a Junta de Castilla y León acaba de aprobar esta misma semana la nueva Estrategia Regional de Investigación e Innovación para una Especialización Inteligente (RIS3) para el periodo 2021-2027, en la que tiene que afrontar los deberes pendientes del anterior periodo del plan autonómico que se desarrolló entre 2014 y 2020 y que dejó varios asuntos en el tintero. Temas tan importantes como el impulso de la innovación de las pymes o la retención del talento en la Comunidad, donde la estrategia de la Junta ha fallado. Todo ello a pesar de que en 2018 la propia Administración autonómica acometió una reevaluación de la RIS3 para adaptarla a las nuevas necesidades de la I+D+i.Al menos así lo revela un informe del Comisionado para la Ciencia y la Tecnología de la Junta que reconoce que «se ha logrado un menor avance en aspectos vinculados a las ayudas de apoyo a las empresas, sobre todo de menor tamaño y alejadas de los circuitos de innovación, y del atractivo de la Comunidad para investigar y para invertir, aspecto éste último vinculado a la atracción de talento a la Comunidad, sobre todo desde el punto de vista empresarial».
El documento, que también lanza su mirada sobre los próximos seis años de la RIS3 en Castilla y León, asegura que dada la dimensión del territorio y el perfil de las empresas existentes, la Junta tendrá que abordar «la extensión de la innovación y la digitalización, así como los servicios de apoyo a las empresas en toda la Comunidad, contribuyendo así a una cohesión territorial».
Además, pone de manifiesto como la Administración pública es la menos implicada en el gasto en I+D de Castilla y León, acaparando solo el 6,4 por ciento. Un peso que actualmente recae con fuerza en las empresas, alcanzando el 65,4% del total en 2019, seguido por la Enseñanza Superior, con un 28,3% del gasto total. «Este dibujo es otra de las características de la Comunidad, con una contribución importante del sector empresarial y un peso también importante del sistema universitario», explica el texto.
No obstante, desde elComisionado para la Ciencia y la Tecnología reconocen que, grosso modo, durante la RIS3 2014-2020 se ha llevado a cabo la «correcta ejecución de todos los programas y medidas contemplados», destacando la mayor sofisticación de instrumentos financieros, la consolidación y buenos resultados de programas específicos como Centr@tec y T-CUE, y los avances en digitalización a todos los niveles.
De cara al futuro, los expertos de la Junta ponen más deberes a la Administración autonómica, a la que reclaman que la digitalización de la economía y de la sociedad y la creación de capacidades digitales para ello, a todos los niveles «estén en el foco de la nueva RIS3». De igual forma, reclaman al Ejecutivo que apostar por los centros tecnológicos, de investigación, clusters o Hubs «debe ser una prioridad para abordar los retos de transición ecológica y digital a los que se enfrenta la Comunidad».