El obispo de Ávila apoya las demandas de los agricultores

M.M.G.
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Rico ha aprovechado su mensaje de Cuaresma para posicionarse a favor de las reivindicaciones de la gente del campo, asegurando que «no podemos permanecer indiferentes» ante sus problemas

Jesús Rico es el obispo de Ávila. - Foto: David Castro

El obispo de Ávila, JesúsRico, ha querido aprovechar su mensaje de Cuaresma para mostrar su apoyo a las reivindicaciones de los agricultores.Se suma así a los otros prelados (como el arzobispo de Oviedo y los obispos de Salamanca y Zamora) que ya se habían posicionado a favor de las reivindicaciones de las gentes del campo.

«Uno de los desafíos más urgentes de hoy es el de la globalización de la indiferencia», comienza su reflexión. «Por eso, globalizar el amor de Dios es una respuesta que urge dar y que ha de convertir en la gran propuesta que los discípulos de Cristo hacemos a todos los hombres. En este sentido», dice «no podemos permanecer indiferentes ante los problemas de una gran parte de nuestra gente, los agricultores».

En su mensaje,Rico descubre que «muchos sacerdotes que sirven en las zonas rurales me han expresado su solidaridad con ellos. Pidamos para que cuanto antes puedan solucionarse sus reivindicaciones y puedan seguir realizando su actividad en bien de todos».

 Y continúa pidiendo también  «por el trabajo digno de tantos hermanos nuestros que se encuentran con dificultades».

«La gran afirmación inicial de la Cuaresma es que no somos lo que hacemos. No somos trabajo. No somos pura ocupación. No somos máquinas. No somos apariencias. Somos personas que necesitamos cimientos firmes, base sólida», reflexiona el obispo de Ávila.

Más allá de estas palabras, Rico lanza un mensaje para los católicos abulenses en el que plantea la oración, el ayuno y la limosna como los tres elementos fundamentales de la Cuaresma. «El Evangelio del Miércoles de Ceniza nos indicaba los elementos del camino espiritual de la Cuaresma: la oración, el ayuno y la limosna. A lo largo del tiempo estas prescripciones de la ley mosaica habían sido corroídas por la herrumbre de lo social», plantea el obispo, que considera que «Jesús pone de relieve una tentación común en estas tres obras, que se puede resumir precisamente en la hipocresía».

En cuanto a la oración, Rico la define como «la fuerza del cristiano y de cada persona creyente». «La Cuaresma es tiempo de oración, de una oración más intensa, más prolongada, más asidua, más capaz de hacerse cargo de las necesidades de los hermanos. Oración de intercesión para interceder ante Dios por tantas situaciones de pobreza y sufrimiento», reflexiona.

Respecto al ayuno,Rico apunta que . Debemos estar atentos a «no practicar un ayuno formal o que en verdad nos sacia porque nos hace sentirnos satisfechos. Ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que nos estorba, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene sobre nosotros pobre de todo, pero lleno de gracia y de verdad».

Y en lo que respecta a la limosna, para Rico ésta «indica la gratuidad, porque en la limosna se da alguien de quien no se espera recibir algo a cambio. La gratuidad debería ser una de las características del cristiano, que consciente de haber recibido todo de Dios gratuitamente, es decir, sin mérito alguno, aprende a donar a los demás gratuitamente».