Abulenses y visitantes tendrán una oportunidad estos días de desarrollo de las Jornadas Medievales para ver la capacidad de aves rapaces durante un show de media hora de duración en el Atrio de San Isidro, en el cual el público es el principal colaborador para llevar a cabo la representación.
En el arranque de los espectáculos de cetrería, una de las exhibiciones presentó un búho de bengala quimera que se caracterizaba por tener un plumaje muy suave que generaba un zumbido muy llamativo con las alas. Un grupo de 10 niños oían tumbados sin mirar hacia el ave las indicaciones del presentador para evitar riesgos y se tragaban la pequeña broma de su dueño. Paseaba por su lado sin soltar al ave para preguntar si alguien no había escuchado el zumbido, a lo que todos levantaron la mano. En el momento indicado, le hacía indicaciones para que volase muy cerca de los niños y acabar en manos del presentador. Un hecho increíble para los espectadores que asombrados aplaudían ante lo visto en esta actuación.
No solo fueron protagonistas los más pequeños de la casa, se sumó un grupo de parejas que se colocaban los brazos en forma de diamante para que pudiese pasar otro ave, llamado Rahmed, un águila americana que vive en entornos desérticos. Con su paso la gente volvía a emitir un sonado aplauso para reconocer la destreza de su vuelo. Todas las gradas llenas ante el interés por estos animales tan insólitos por esta zona volvían a aplaudir animadamente en un día soleado.