El nuevo Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS)de Ávila ya está operativo después de superar todos los trámites para su aprobación, incluida la exposición pública del mismo. El documento recoge las necesidades de la capital abulense en cuanto a la movilidad tanto de vehículos como de peatones, con una serie de proyectos y actuaciones que en su mayoría se presentan como interesantes, pero que de poco valdrán si no se ejecutan en tiempo y forma.
Varias son esas actuaciones que afectan a los peatones, figura que se quiere proteger y también promover. En una ciudad como Ávila, en la que las distancias no son demasiado largar, favorecer el desplazamiento a pie es una muy buena apuesta para hacer unas calles más amables, libres de vehículos y más transitables en aceras y calzadas. Ya se han ejecutado algunos proyectos, como el eje peatonal desde la zona sur hasta el centro completado con las escaleras mecánicas de la Cuesta Antigua, y también en la zona norte, en este caso con las rampas de la Plaza de Ajates se ha querido ayudar a que el peatón tenga facilidades en sus caminos. Pero hace falta más. Los trabajos en el centro de la ciudad, con la construcción de una plataforma única en varias calles y plazas, en las que han desaparecido los aparcamientos marcan el camino a seguir en otras zonas.
Como complemento para avanzar hacia los parámetros de sostenibilidad marcados en varias legislaciones nacionales e internacionales, el PMUS recoge asimismo diferentes necesidades en el apartado del transporte público, muy mejorable en Ávila como queda demostrado por este documento. Pendiente todavía, y va ya demasiado tiempo de demora, el nuevo pliego del servicio de autobuses urbanos en la ciudad, el plan marca unas obligaciones que tendrán que ser registradas en la licitación. De todas ellas, la más perentoria es, sin duda, la de reducir las frecuencias de paso que ahora superan de media los 30 minutos, algo totalmente incompatible con un servicio eficiente y de calidad. En algunos trayectos ese tiempo de espera equivale a llegar andando al destino, lo que llama a una reflexión seria de si esta situación es útil para el usuario.
El plan está pensado para un horizonte de tiempo operativo de 8 años. En ese tiempo muchos serán los cambios que seguramente sufra la ciudad en cuanto a su movilidad, pero lo que realmente es necesario es que no suceda como ha pasado con muchos proyectos en la ciudad, que se quedaron en papel mojado para perjuicio de la ciudadanía. Este PMUS de nada servirá si no se ejecuta con seriedad y con rigor, así es que más vale que los responsables se pongan pronto a ello.