La historiadora Jennifer González López, licenciada en Historia por la Universidad de Salamanca y autora del libro 'La II República en Ávila. Mudanza y permanencia de una sociedad tradicional', fue la invitada por la Unión de Jubilados y Pensionistas de UGT a sus desayunos informativos.
En su intervención aprovechó para presentar su libro, basado en su tesis doctoral, pero como una forma de dar a conocer la época de la II República y lo que supuso para Ávila dado que algunas huellas llegan a la actualidad y, como dijo, «hoy en día la riqueza que tenemos de asociacionismo en Ávila es fruto de esa época». Pero no solo el asociacionismo sino que hay que conocer «mudanzas» que se produjeron, como fueron los cambios en el papel de la mujer o en la participación política, aunque también hubo «permanencias» como el caciquismo.
Explicó la historiadora que buscaba exponer las «huellas» de unos «vibrantes años» que se ven en meas como «el papel de la mujer en la vida pública. La mujer sale de la casa y se expone, y aunque obviamente tiene sus limitaciones, sí que vemos un desarrollo, sobre todo en las asociaciones, en la casa del pueblo, donde la mujer no tiene un papel directivo pero sí que se forma, está en conferencias. Es decir, tiene un papel muy visible». También destacó «el alto grado de participación política. En Ávila nunca antes se había tenido esa gran cantidad de partidos políticos, ese dinamismo surge en los años 30 y obviamente con la República todas las asociaciones que previamente se estaban desarrollando emergen y tienen una vida muy fructífera».
En el otro lado de la moneda hizo referencia al «papel del caciquismo, que en los pueblos, sobre todo en los pequeños donde la gente se conoce, están las personas más influyentes, los de siempre, que todavía, a pesar de que la República trae cambios, sobre todo el segundo bienio, se afianza ese papel del cacique que va a tener controlado los pueblos». A ello se une la «cartografía electoral, que se va a consolidar ese conservadurismo que hasta día de hoy perdura en cuanto a las elecciones y las votaciones».
Estas son solo algunas de los conceptos con los que busca alejarse de «esa idea que la historiografía abulense sostenía de que ese periodo era muy quieto, estable, donde la población no había tenido ese dinamismo» y «destapar un poco esa historia que estaba olvidada o un poco apartada y ver ese vibrante desarrollo que tiene muchos aprendizajes para el día de hoy y para la política actual».
Todo ello es fruto de un trabajo investigador en diferentes archivos, donde la tendieron la mano, aunque también reconoce que «el problema de este periodo es que después vino la dictadura, vino la represión. Hubo muchas purgas y hay documentación que no se ha conservado o está muy parcial».