Como si fuera un efecto llamada, apenas unas horas después de hacerse público el cambio de propietario del Real Ávila –a través de la adquisición, por parte de un grupo de inversores de Madrid, de Gestfootball, máximo accionista– los teléfonos de los jugadores comenzaron a sonar. No faltó en el vestuario quien recibiera una llamada y una propuesta de aquellos que han entendido en este cambio de dueños la oportunidad de 'pescar' en el vestuario encarnados. Porque los jugadores del Adolfo Suárez se han convertido, por muchos y evidentes motivos, en objeto de deseo de no pocos clubes, algunos de ellos de superior categoría. Y entre los deseados, también Borja Rubiato. No podía ser menos.
Varió el rumbo el Real Ávila este verano a su política deportiva. Los anteriores resultados y el presupuesto disponible para el presente curso eran motivos más que suficientes. De jugadores contrastados y reconocibles en la categoría, a jóvenes desconocidos con proyección, hambre y ambición para afrontar retos deportivos. Un cambio dentro y fuera del césped, donde la dirección del equipo se puso en manos de un debutante como Borja Rubiato, que colgaba las botas como jugador apenas unas semanas antes. Ante el cambio, la cautela era máxima.
El paso de los meses ha venido a reflejar el acierto. Los jugadores se han revalorizado. Su situación en la clasificación, peleando por el subcampeonato, y la próxima disputa de los playoffs les han puesto en la mirada de muchos clubes. Se mira pero no se toca, era la máxima hasta el momento. Pero esa situación cambió desde que se hiciera público que la gestora deportiva DS360, en cuyas manos descansa la dirección del RayoMajadahonda, será la responsable a partir de junio.
Son muchos los clubes que han entendido que de la mano de los nuevos propietarios llegarán los 'suyos', algo habitual cuando un club cambia de manos. Es lo que se entiende fuera, pero lo que no ha quedado claro dentro. Porque de momento desde DS360 no se ha terminado de aclarar cuál será la planificación deportiva de cara a la 2022-23. Bien es cierto que el club disputará los playoffs de ascenso a Segunda RFEF, que la planificación e inversión no sería la misma en una u otra categoría, pero no es menos cierto que ya se podrín conocer qué se quiere para el próximo curso. Con algunos jugadores ya estaría claro, pero la falta de concreción impide comenzar a hablar con ellos. No hay base desde la que negociar y esperar a lo que pueda pasar en los playoffs puede ser una bomba de relojería.
Falta «seguridad» ante lo que quieren hacer en el aspecto deportivo, aseguran fuentes consultadas por Diario de Ávila. El vestuario está centrado en los playoffs, pero «desde que este lunes se conociera el cambio de propiedad no han faltado las llamadas a los jugadores.En cuanto se ha sabido que el club cambiaba de manos, han llamado a todos». Y los más buscados, como no podía ser de otra manera, han sido Ivi, Ortolá y Christian. No son pocos los clubes que han comenzado a tocar a los tres jugadores más destacados de la actual plantilla del Real Ávila. Zamora, Salamanca o Burgos, entre algunos de los que ya se han interesado por la situación actual y planes de futuro de los tres pilares del equipo.
El problema no son las llamadas. Que las iban a recibir con el año que han firmado en el Adolfo Suárez era evidente, sin embargo el problema viene por la ausencia de planificación deportiva para el curso que viene. «Es lo más importante dentro de un club, no se puede dejar de lado, no puede esperar» comentan fuentes consultadas por Diario de Ávila, que aseguran que el vestuario «necesita seguridad deportiva», especialmente cuando por delante queda lo más importante de la temporada.