"No hay relevo, ¿quién va a dedicarse al campo en 20 años?"

M.R
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El presidente de la cooperativa Capra Hispánica de El Raso, José María Rosillo, pone el acento en las dificultades de un sector que parece herido de muerte y reclama soluciones

José María Rosillo. - Foto: La8Ávila

Después de una vida entera dedicado al campo, José María Rosillo no es optimista precisamente respecto al futuro del sector primario.  La deriva que ha tomado el campo en los últimos años no se lo permite. «Las cuentas no nos salen, no sé cómo los gobiernos y los políticos no se implican un poco más en buscar una solución en vez de gastar tanto dinero a lo tonto», reflexiona el presidente de la cooperativa Capra Hispánica de El Raso. El argumento que  pone encima de la mesa es de sobra conocido: «Los productores  vendemos el higo fresco  a dos euros el kilo, pero el consumidor lo compra a cinco o seis euros, ¿dónde se queda ese dinero?», plantea. «A los que producimos el fruto no nos salen las cuentas porque  de esos dos euros que nos han pagado hay que quitarle el porte, hay que restarle el valor de la caja en la que van los higos, hay que quitarle el porcentaje que se lleva el asentador por venderlo, los gastos de la cooperativa, ... así que a nosotros no nos llega ni un euro porque directamente el valor de nuestro trabajo en el campo  durante un año entero ni lo contamos», explica. 

El resultado es que falta relevo generacional en el campo porque «los jóvenes no ven perspectivas de futuro» en el sector. «De por sí el campo es duro, estás todo el año trabajando y en el último momento se te arruina la campaña, pero es que además no es rentable», lamenta. «No hablo solo del higo, también de las cerezas y de las castañas, que también se dan por aquí», explica. «Ahora mismo la mayoría de los productores de esta zona es gente mayor, personas que lo hemos mamado de toda la vida pero me pregunto quién va a dedicarse al campo aquí a la vuelta de quince o veinte años, cuando ya no esté la actual generación», plantea el presidente de la Cooperativa Capra Hispánica, de la que hoy por hoy forman parte alrededor de sesenta productores y «cada vez somos menos» porque hace no tantos años llegaron a rondar el centenar de socios cooperativistas. «Ahora mismo apenas tenemos gente joven que tire de las riendas porque no ven futuro en esto», abunda. 

Agricultores de toda la vida como José María están cansados de repetir el mismo argumento sin que ni el Gobierno ni las comunidades autónomas ni la UE tomen cartas en el asunto. «De aquí a unos años no sé de qué vamos a alimentarnos porque comer habrá que seguir comiendo, ¿no?», plantea José María en tono ácido. 

Respecto a las medidas políticas, pone el foco en otro sinsentido: «A nosotros nos tienen asfixiados con los insecticidas que podemos usar o no en el campo, pero luego dejan entrar alimentos producidos en países de fuera de la UE sin ningún tipo de control para que los comamos aquí», critica. «No podemos competir con eso, también porque su mano de obra en muchísimo más barata», expone.