Editorial

Llega el momento de normalizar la situación en el Ayuntamiento

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Una rueda de prensa de los cuatro concejales del PSOE acabó con el proceso abierto de una posible moción de censura en el Ayuntamiento de Ávila después de que el alcalde de la ciudad perdiera la cuestión de confianza que vinculó a la aprobación de los presupuestos municipales para este año. Los tres grupos de la oposición, PP, PSOE y VOX tenían de plazo hasta el 12 de mayo para ponerse de acuerdo y presentar un candidato de consenso, o de lo contrario Sánchez Cabrera quedaría ratificado en su cargo, y los presupuestos elaborados por el equipo de gobierno automáticamente aprobados. 

Finiquitada la opción de una moción que ya se sabía imposible, tienen los cuatro grupos la obligación de bajar el ruido y trabajar de verdad en favor de los abulenses. Para llegar a esta situación todos han cometidos errores, y para salir de ella lo que se necesita es altura de miras y en pensar en lo general, que es la ciudad, y no en lo particular, que son los propios partidos.

XAV, como equipo de gobierno, tiene que saber llegar a acuerdos que desbloqueen la situación. De momento no ha sabido. Ellos dicen que porque no les han dejado, acusando a la oposición de cerrarse en banda ante cualquier propuesta realizada. Si quiere tener un periodo menos convulso en los tres años de mandato que le quedan, debe encontrar la manera de convencer, principalmente al PSOE, de caminar juntos, pero no revueltos. La estrategia que ha seguido hasta ahora no le ha dado resultado, así es que le toca buscar otra.

El PP, como principal partido de la oposición, exploró la vía de la moción de censura porque estaba obligado a ello, pero sabía, a pesar de los mensajes de optimismo, que PSOE y VOX no iban a mezclar. Los populares se quedan sin la oportunidad de cambiar lo que a su juicio es una deriva errónea del Consistorio, y tienen por delante continuar con la tarea de oposición en la que le colocaron los votantes.

El PSOE sigue siendo el partido clave de este mandato, y da la sensación de que aún no se ha dado cuenta de ello. Extrañó su proceder en este proceso de la moción porque desde el primer minuto tendría que haber dicho lo que dijo el viernes y acabar de un plumazo con cualquier especulación que a nadie beneficiaba, en primer lugar al propio grupo municipal, cuya actuación extrañó hasta a los suyos. Si quiere o no influir en la política municipal como nunca antes lo ha hecho en Ávila, es ahora su próxima disyuntiva. No debería demorar mucho más su decisión para no repetir los errores que cometió con la moción.

Por último, el papel de VOX en la fallida moción fue el de no mojarse demasiado, quedando como espectador desde fuera aumentando, eso sí, sus diferencias con Por Ávila, lo que dificulta un posible acuerdo para desbloquear un Ayuntamiento que ni puede ni debe seguir así.