En mi primera temporada como columnista de Diario de Ávila, en 2013, expresé mis dudas respecto a la posible visita del papa Francisco a nuestra capital con motivo del V centenario del nacimiento de santa Teresa de Jesús. En concreto, mis cavilaciones no iban encaminadas a si el sumo pontífice elegiría como destino de peregrinación la ciudad de La Santa, sino si Ávila estaba preparada para ello en caso de respuesta afirmativa desde el Vaticano.
Al final fue que no, pero el mismo propósito tengo en las próximas líneas en cuanto a un posible ascenso y a una instalación deportiva en concreto: el estadio municipal Adolfo Suárez.
Un recinto que los que somos de aquí sabemos cómo se llama por transmisión oral, porque no hay ni un triste cartel (de granito, por supuesto para seguir la línea implantada) que deje constancia de ello a quien pasa por sus alrededores.
Una catástrofe deportiva, que las hay, tendría que suceder para que el Real Ávila C.F. S.A.D. no consiga el ascenso a final de temporada, o antes. ¿Estamos preparados?
Tengo entendido que los miembros del consejo de administración ya están haciendo gestiones al respecto y es para ello, porque el estado del vetusto campo es preocupante.
Más de dos décadas han pasado desde el último ascenso partiendo de Tercera. Todos los aficionados del Real Ávila, y los que no seguro que también, recuerdan las visitas del Real Oviedo en fases de ascenso. En especial por la afición rival que llenó la grada descubierta del estadio.
Eso desde entonces no se ha igualado y casi escribiría que mejor, porque ¿dónde metes ahora a los miles (o centenares) de seguidores que vengan en desplazamiento? Un hándicap que no es nuevo, pues ya nos hemos acostumbrado a percibir solo el cemento de aquella zona.
Esta temporada, sabiendo que no muchos equipos van acompañados por grandes grupos de personas, ya se ha producido alguna situación tensa en la grada habitable. Una cinta de obra para separar no parece muy consistente si hay altercados, desde luego. Y en Segunda RFEF la presencia de afición visitante es ya notable.
Teniendo en cuenta que las obras corren a cargo del club, pese a ser municipal por el convenio vigente, y que no se puede construir nada por decreto de la CHD, ¿qué hacemos? Hemos escuchado varias veces la intención de añadir gradas supletorias detrás de las porterías, que no dejan de ser un parche, y ya se pusieron de manera reciente sustituyendo a la mítica valla.
Está claro que si el Real Ávila aguanta la primera posición no se dispone de una instalación adecuada para la categoría. Como otras tantas para la mayoría de los deportes, algo que también sabemos.
Dinero público poco o nada, privado ya veremos. Eso sí, la ciudad se «aprovechará» de tener un equipo donde, al menos, nos gustaría que permaneciera.