Argüello reprueba al alcalde de Vita sus cánticos pederásticos

Sergio Jiménez
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El presidente de la Conferencia Episcopal califica de «reprobables» sus declaraciones sobre el «elogio de la violencia», pero pide ponerlo «en su contexto» dentro de unas fiestas populares

Argüello reprueba al alcalde de Vita sus cánticos pederásticos

El vídeo viral con los desagradables cánticos proferidos por el alcalde de Vita, Antonio Martín, ha llegado hasta el seno de la Iglesia Católica. El presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, calificó de «reprobable» el cántico entonado por el primer edil de la localidad abulense, en el que hacía «elogio de la violencia». Sin embargo, también pidió poner las declaraciones «en su contexto» de fiesta popular.

«Algo que haga un elogio de cualquier tipo de violencia me parece reprobable, pero también creo que hay que poner las cosas en su contexto. Es decir, conociendo lo que son las fiestas de muchos pueblos, conociendo lo que pasa a altas horas de la madrugada después de haber bebido. Hay que situarlo en este contexto», indicó Argüello en una entrevista concedida ayer a la agencia Europa Press. En todo caso, señaló también que la persona responsable de esos cánticos, calificados como 'himno del pueblo', es el alcalde, «que debe ser el último responsable de que las cosas vayan bien y tiene una responsabilidad seguramente añadida», explicó el presidente de los curas de España. Asimismo, también advirtió sobre las letras de otras canciones, muchas de ellas en inglés, que se cantan en las verbenas de las fiestas de los pueblos.

Por otra parte, ayer se conoció que la Fundación Española de Abogados Cristianos interpuso una querella contra el alcalde de Vita, Antonio Martín, en el Juzgado de Instrucción de Ávila por «su intento de blanquear la pederastia». Hay que recordar que la canción hablaba de llevarse a una niña a la cama y decía estrofas tan explícitas como «le subí la faldita y le bajé la braguita. La eché el primer caliqueño, la eché el segundo caliqueño y en el tercero ya no quedaba leche». Unas frases en las que la organización de abogados han encontrado un presunto delito de incitación a la pederastia, que se encuentra tipificado en el artículo 189 bis del Código Penal, y otro delito de provocación sexual, tipificado en el artículo 185 de la misma normativa.

La presidenta de los Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, advirtió de la actuación del primer edil de Vita es «un intento más de blanquear la pederastia» y alertó de que «es muy peligroso que este tipo de actos se cometan por parte de un representante institucional al que todos pagan», según recogió en un comunicado.

Castellanos considera que, en los últimos tiempos, «se están dando pasos para legalizar la pederastia», por lo que considera «imprescindible castigar este tipo de conductas y endurecer las penas». «Tras el carnaval pederasta de Torrevieja, el cartel de Almería, el cómic pederasta o las declaraciones de la exministra Montero, ahora nos encontramos con esto», aludiendo a la lamentable actuación de Antonio Martín durante las fiestas patronales del pueblo en el que ostenta la alcaldía.

Sin dimitir. Las declaraciones de Argüello y la intervención de la Fundación Española de Abogados Cristianos se unen a los múltiples mensajes de repulsa que muchos representantes políticos han realizado en los últimos días al respecto. 

A pesar de todo, el alcalde de Vita sigue sin la menor intención de dimitir de su cargo. El único movimiento que ha hecho fue abandonar el Grupo Municipal del Partido Popular de Ávila (no era afiliado de la formación) por iniciativa de sus responsables. Sin embargo, continuará, salvo dimisión de última hora, dirigiendo los designios de Vita como concejal no adscrito, compartiendo pleno municipal junto a un concejal del PP (antiguo compañero de partido) y a una edil de Por Ávila.

De momento, Antonio Martín sigue de vacaciones fuera de España esperando a que se olvide de una vez su caso. Pero las reacciones y las actuaciones contra su persona se siguen sucediendo en las redes, en la calle y, ahora, en los juzgados.