La mejora en el trazado, última clave para reducir tiempos

L.C.S
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A pesar de la existencia de estudios desde hace años para intervenir en el diseño de la línea, los trabajos se han reducido a obras de mantenimiento y conservación

La mejora en el trazado, última clave para reducir tiempos - Foto: David Castro

El principal problema del trazado de la línea férrea entre Ávila y Madrid se encuentra en el tramo entre Herradón de Pinares y Santa María de la Alameda, zona en la que se concentra el mayor número de curvas que impiden a los trenes desarrollar una velocidad constante. Una inversión en esos alrededor de 20 kilómetros permitirá una mejora en la línea con la que aumentar la velocidad en ese tramo lo que supondría una reducción de tiempos a sumar a la que se conseguiría con la eliminación de los límites temporales de velocidad y el mejor aprovechamiento de los horarios, sobre todo para evitar la coincidencia con los trenes de las redes de Cercanías de Madrid.

Esa inversión entre el Herradón y Santa María de la Alameda, que no necesariamente sería muy costosa, a juicio de los expertos, serviría para poner en valor la capacidad de la línea y ahorrar tiempos de viaje.

Varias han sido desde hace años las reivindicaciones que especialmente desde la Plataforma en Defensa del Ferrocarril se han venido realizando para que se cuente con un proyecto serio de modificación del trazado de la línea entre Ávila y Madrid, sin que de momento haya habido una contestación positiva por parte del ministerio correspondiente. A pesar de que se tiene constancia de que en el Ministerio de Transportes existen, también desde hace años, estudios para modificar ese trazado, no ha habido la voluntad política necesaria para ni siquiera iniciarse, y los únicos trabajos que se han ejecutado en esa línea, más allá de obras puntuales, son las referentes a las tareas de mantenimiento y conservación, o de sustitución de la línea aérea de contacto, alejadas de lo que realmente sería necesario para la modificación de un trazado anticuado en su diseño.

Y es que el actual data de los años 60 del pasado siglo, cuando se inauguró la línea Madrid-Hendaya. Por aquel entonces, explican los expertos, se buscaba un trazado donde la inclinación fuera mínima para poder superar las pendientes con las máquinas que había, pero hoy ya no existe ese problema, al tiempo que continúan las curvas con unos radios que impiden velocidades superiores a las que impiden la mejora del tiempo de viaje.

Una de las dificultades de las que se habla a la hora de modificar el trazado es que cuanto más recto sea, más dificultades orográficas hay que salvar y mayor es el impacto ambiental que puede tener, por lo que se necesitaría una mayor inversión para lograr que se incremente la velocidad, con el hándicap además de que sería sólo para los trenes media distancia, ya que los de larga distancia se desviaron por Segovia cuando se puso en funcionamiento la línea de alta velocidad por esa ciudad, y la rentabilidad de la inversión también pone en duda su ejecución.

del siglo pasado. En relación con el trazado de la línea férrea entre Ávila y Madrid, el portavoz del Partido Popular en la Comisión de Transporte en el Congreso de los Diputados, el abulense Héctor Palencia, asegura que «está claro que el trayecto actual entre Ávila y El Escorial es un trazado del siglo XIX», exigiendo al Gobierno que, «además de solucionar el problema que supone el exagerado número de limitaciones temporales de velocidad que existen actualmente, que son 16, identifique qué zonas se tienen que modificar en el trazado para adecuar la línea al siglo XXI».

Para ello, Palencia exige al Ministerio de Transportes y Movilidad  Sostenible que ejecute «un estudio de las altas prestaciones de la línea Ávila-Madrid, que forma parte del columna vertebral del Corredor Atlántico, y que en 2030 debería cumplir las velocidades de 160 kilómetros por hora para el transporte de pasajeros y de 100 para el de mercancías y que también está designada como parte de la autopista ferroviaria Madrid-Francia». Ese estudio, anadió Palencia, es necesario para que esa línea «cumpla los estándares que Europa exige».