De poco sirvieron los esfuerzos que los miembros del Patronato de la Santa Vera Cruz realizaron durante la noche del Jueves Santo para arreglar los problemas que presentaba la dirección del paso del Santísimo Cristo de los Ajusticiados, imagen que no pudo salir en la procesión de los Pasos debido a esa avería. Y es que aunque los hermanos de este Patronato consiguieron solucionar el problema a media noche, con la finalidad de que esta imagen de talla anónima de finales del siglo XVI ó principios del XVII pudiera salir en la procesión del Vía Crucis, ya que es el único pHaso que procesiona en la madrugada del Viernes Santo, finalmente la talla tuvo que quedarse en la Catedral debido a la adversa climatología que hizo que esta procesión que normalmente discurre bordeando la muralla tuviera que celebrarse en el interior de la seo abulense.
El frío, y sobre todo la nieve que caía en la ciudad minutos antes de que diera comienzo esta procesión, hicieron que por segundo año consecutivo, ya que el año pasado la amenaza de lluvia también desaconsejó su salida, la procesión de la madrugada del Viernes Santo tuviera que celebrarse dentro del templo catedralicio.
Pese a todo, hasta el primer templo abulense se desplazaron decenas de fieles para participar en esta procesión que en esta ocasión realizó un recorrido por el interior de la Catedral que comenzó cuarto de hora después de las 5,30, momento en el que estaba previsto el comienzo de esta procesión que un año más la Cadena Cope retransmitió en directo para todo el país.
Como es costumbre, entre los fieles se encontraba el obispo de Ávila, Jesús García Burillo, que al término de esta procesión penitencial dirigió unas palabras a los presentes. Afirmó García Burillo que la procesión del Vía Crucis de este año había tenido dos «novedades»: la primera el haberse tenido que celebrar nuevamente en el interior de la Catedral «debido a las inclemencias del tiempo» y la segunda, el protagonismo de los jóvenes en esta cita procesional, ya que fueron jóvenes los encargados de portar las velas que acompañaban la imagen de Cristo en la Cruz que presidió cada una de las catorce estaciones de este Vía Crucis de Penitencia.
También se refirió en su breve discurso García Burillo a «situaciones adversas como la que vivimos en este momento», afirmando que «no se puede llegar a la vida y a la luz, sino es con el sufrimiento».
El obispo abulense terminó su intervención recordando a los presentes que la «belleza está en el amor», motivo por el cual invitó a los fieles a «hacer de nuestra vida diaria un acto de amor» y a «ser fuente de luz para los demás».