Ignacio Juárez, abulense de Burgohondo que fue director de Cesvimap durante 16 años, ha editado recientemente un libro en el que reúne un centenar y medio de poemas escritos entre los años 2009 y 2013, un puñado de versos nacidos de la experiencia vital y pasados por el tamiz del corazón que conforman una especie de «autobiografía» sentimental.
Apuntes de un diletante (editorial Punto Rojo) se titula este libro que gusta y emociona por igual a quienes lo leen, un adjetivo que Ignacio aclara que no ha elegido en el sentido peyorativo del término sino en el que define la RAE como «persona aficionada a las artes a quien se considera más que nada un aprendiz».
Desde esa perspectiva de ser «alguien que cultiva algún campo del saber como aficionado, no como profesional», Ignacio Juárez ha compuesto con estos poemas «una especie de autobiografía en verso», una memoria vital que abarca la mayor parte de su vida porque «mi tendencia a escribir no es de ahora, sino que viene de mucho tiempo atrás; soy de formación periodista y siempre he tenido la tentación de escribir todo aquello que me pasaba por la cabeza o aquello que me preocupaba, porque me ayudaba a ordenar un poco mis ideas, me obligaba a pensar las cosas, a repensarlas y a ponerlas de manera que fuesen perfectamente entendibles y que a su vez reflejasen aquello que yo pensaba», un afán de dejar constancia en negro sobre blanco su vida que abarcaba «tanto una experiencia particular como la contemplación de un paisaje o la descripción de cualquier aspecto de la vida relacionado con el amor, con el desamor, con la pérdida, con el paso del tiempo, con la vida, con la muerte… en resumen, con todo aquello que le preocupa al ser humano porque yo no soy ajeno a nada de todo ello».
de la prosa al verso. Aunque su labor profesional le llevó por caminos no directamente relacionados con la literatura, Ignacio Juárez recuerda este «apasionado por la lectura» que «siempre me gustó mucho escribir, y si bien es cierto que al principio utilicé mucho más la prosa, poquito a poco me fui metiendo en el mundo de la poesía, quizá inducido por la música porque también componía algunas canciones».
Son muchos los poemas que ha escrito en todos estos años, pero para este libro seleccionó «aquellos que consideré que pueden tener más interés para la gente y que también me muestran a mí tal como soy», todos ellos escritos entre los años 2009 y 2023 y ofrecidos en el mismo orden cronológico en el que fueron escritos.
Quienes han leído Apuntes de un diletante y conocen a su autor, comenta éste, «me confirman que el libro tiene mucho de autobiografía, de verme a mí y lo que hay a mi alrededor, porque reconocen que este poema lo escribí cuando me ocurrió cierta cosa, y aquel otro cuando me sucedió otra».
Esos comentarios que le hacen, que son siempre positivos y que evidencian una capacidad de conexión muy importante, refuerzan a Ignacio Juárez en su idea de que «aunque tú seas el autor, quien termina de escribir el libro es el que lo lee; siempre es así, y es bueno, porque quien te lee es quien reconstruye lo que tú has escrito, bien porque lo añora o bien porque hay un punto de inconsciencia que le lleva a identificar de alguna manera las vivencias propias con las que te ofrece la literatura».