Editorial

La lucha contra el furtivismo en Gredos no debe parar

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No se puede decir que sean habituales, pero tampoco ocurren con la excepcionalidad que debiera para no considerarse como un peligro para la zona. Hablamos de los casos de furtivismo que azotan a la Reserva de Caza de Gredos, un lugar muy apetecible para quienes sea por negocio o por mero entretenimiento mal entendido, dedican tiempo y recursos a la caza irregular de las codiciadas piezas que suponen las cabezas de los machos de la cabra montés.

El perjuicio que supone esta práctica delictiva tiene una doble vertiente. En primer lugar el puramente ecológico y de equilibrio de la fauna de la zona que supone el abatir sin miramientos a los machos, y en  segundo  el negativo impacto para la economía de la  zona, que tiene en la caza regulada a una buena fuente de ingresos precisamente por ese interés que despierta esta práctica tanto en aficionados nacionales como internacionales, que abonan destacadas sumas de dinero de las que se benefician diferentes sectores económicos de la zona. De hecho, los cálculos que se hacen desde la propia reserva apuntan a unas pérdidas anuales de entre los 300.000 y los 500.000 euros a causa del furtivismo.

La Junta Consultiva de la Reserva de Caza Sierra de Gredos ha propuesto una serie de mejoras para el próximo ejercicio 2024-2025 por valor de cerca de medio millón de euros, un plan que incide especialmente en la vigilancia para prevenir el furtivismo, con una inversión en este apartado de más de 340.000 euros, lo que incluye aparatos de vigilancia nocturna y una nueva herramienta, un dron equipado con cámaras con óptica en espectro visual e infrarrojos, acciones todas que ayudarán a combatir las también cada vez más sofisticadas acciones por parte de los furtivos.

Cualquier inversión y mejora que se introduzca para mejorar las condiciones de trabajo que permitan combatir con más eficacia a quienes organizan, se benefician y practican el furtivismo ha de ser muy bienvenida y saludada como una buena noticia, sabiendo que es prácticamente imposible reducir a cero el peligro de que alguien siga cometiendo esta irregularidad, pero sí al menos que sea consciente de que quien está encargado de intentar detenerle, dispone de mejores condiciones para hacerlo que antes.

Seguir con este tipo de decisiones es algo que debe continuar por parte de la reserva, así como aumentar el personal para intentar cubrir el mayor espacio posible de terreno, todo ello en aras de un beneficio e interés propio, pero también pensando en que cuanto más y mejor esté todo regulado en una zona como la de Gredos, mayores serán los beneficios para todos.