Ayer muchos estudiantes abulenses no tuvieron necesidad de llevar su bocadillo para el recreo preparado de casa. Solamente tuvieron que acercarse a tres enclaves de la capital para proveerse de su refrigerio y, de paso, colaborar con una causa benéfica. Las 14 cofradías y la Junta de Semana Santa de Ávila celebraron durante la primera mitad del día la Operación 'Bocata Solidario' que tuvo una gran acogida entre los alumnos y profesores de los centros educativos de la ciudad.
Una iniciativa cuya recaudación está destinada a la ONG Manos Unidas, que lo empleará para potenciar dos proyectos en los que ya se encuentra inmersa:uno de prevención del tráfico de mujeres, niñas y niños en la zona de Bangladesh (Sur de Asia), y otro de mejora de la atención quirúrgica en el Hospital Santa María, ubicado en La India. «Estamos muy contentos porque han venido muchos alumnos de los institutos de la zona, tanto en el recreo como a la salida de las clases, y otra mucha gente que ha venido a colaborar», comentó Ángela Muñoz, voluntaria de Manos Unidas ubicada en el puesto establecido en la Plaza de Granada, frente al Monasterio de Santo Tomás. Un stand por el que pasaron unas 200 personas a lo largo de la mañana que, junto a lo recaudado en los tenderetes del Mercado Grande y la Plaza de San Francisco, calculan una participación aproximada de 600 individuos.
Con un donativo de tres euros (también estaba habilitada una fila 0), la gente podía conseguir una bolsa con un sabroso bocadillo y una botella de agua (cortesía de las empresas colaboradoras con el proyecto). Lo ideal para matar el hambre que ya se hace presente al mediodía. De hecho, para que los estudiantes pudieran participar mejor con la iniciativa, algunos centros educativos ampliaron algunos minutos más el periodo de recreo en un bonito gesto solidario. «Todo es donado y a favor de Manos Unidas. Nadie ha cobrado nada, todo es colaboración de las empresas patrocinadoras. Es una maravilla ver a la gente trabajar todos juntos por una buena causa y por un mundo mejor. Es emocionante», confesó Ángela Muñoz. Y no es para menos. Las cofradías han retomado un proyecto que se abandonó a raíz de la pandemia y que tiene muchos beneficios: comer y ayudar a los más necesitados. ¡Qué más se puede pedir!