Fuera de los puestos de playoffs y fuera de sus 'casillas'. Lo primero, lo más vistoso.El Real Ávila terminó la novena jornada sexto, fuera de la zona de privilegio donde se movía desde la tercera semana de competición. Lo segundo fue visible en el mismo césped de As Eiroas, desde los jugadores al entrenador, Miguel de la Fuente, que le puso voz al sentir encarnado tras la derrota (2-1) ante el Bergantiños en una tarde de tanta lluvia como polémica arbitral, a ojos de los encarnados, y que se cerró con un reguero de tarjetas por las protestas tras lo sucedido. Entre ellas la roja a Miguel de la Fuente –no se podrá sentar el próximo domingo en el duelo ante el UDLlanera– una vez había concluido un partido en el que entendía como justo el empate pero en el que «empezaron a suceder cosas, todas muy grises» y todas en contra de los encarnados. Porque en ese gris casi negro del que hablaba el técnico encarnado una vez finalizado el partido no sólo incluía el penalti de Doumbia sobre Fito, sino el posible fuera de juego de un jugador del Bergantiños en el gol de Longo que suponía el 2-1 o el gol fantasma que reclamó el Real Ávila en los últimos instantes del partido y que sacó la defensa gallega 'in extremis'. Para unos fue bajos palos, para los otros el balón ya había superado la línea de gol.Y las explicaciones del colegiado no convencieron a nadie.
Comenzó a volverse grisáceo el partido con el penalti de Doumbia sobre Fito. «El penalti se puede pitar, como se pueden pitar muchos agarrones» afirmaba irónicamente Miguel de la Fuente sobre lo sucedido. Y es que al saque de córner ambos jugadores se iban al suelo agarrados mientras sobrevolaba el balón el área encarnada y ante los ojos de Mario Pacheco, que señaló el punto fatídico. «Es muy claro» decía después Fito. No lo vieron así en las filas del Real Ávila. Protestó el equipo encarnado y se llevó la amarilla Mario Rivas.
Primer motivo de enfado. El segundo, el tanto con el que Longo lograba el 2-1. «Viene de un fuera de juego» tiene claro el técnico encarnado. «El línea ve en fuera de juego al primer atacante pero dice que no hay influencia.¿Cómo no va a haber influencia si el portero va a achicar ese primer remate?» se planteaba el entrenador del Real Ávila. «Has visto la jugada, has visto el fuera de juego...» se preguntaba un técnico al que no le convencieron las explicaciones de los colegiados. Ni por todo lo que había pasado ni por lo que pasaría después.
Porque como dicen, no hay dos sin tres. Y habría una tercera jugada polémica cuando, llegando el partido a su conclusión, el Real Ávila reclamó gol en un remate a portería que vieron dentro. «Si lo que ha visto –en referencia al árbitro– es que la saca el portero, es que no la ha visto bien.La sacan los defensas –concretamente Uzal– desde dentro» tenía muy claro el entrenador encarnado, disgustado por las formas en las que llegó la derrota de los suyos, que se marcharon de tierras gallegas sin tres puntos, con un carro de amonestaciones –la vieron Mario Rivas, Campos, Toper o Álvaro, entre otros, por protestar– y con la sensación de no poder «hacer nada» tras un duelo que sacó de sus casillas a los encarnados y que los saca de la zona de playoffs.